“La nana pirata”
El autor es Licenciado en comunicación y medios digitales
“La nana pirata” es como recordamos a mi abuela Norma Valenzuela después de haber formado una hermosa amistad con un perico lastimado que llegó a su vida por pura casualidad.
Mi nana se empeñó tanto en sanar a ese animalito que poco a poco dejó de ser su mascota para convertirse en su fiel acompañante.
Loreto es el nombre que mi abuela le puso al periquito. Esta ave llegó a su vida de manera repentina, fue encontrado atrapado en un árbol, con heridas y sin poder volar.
Norma amaba a los animales. Ella, al ver que estaba lastimado, lo comenzó a cuidar y darle cariño, cuando se enfermaba, ella lo curaba e incluso le enseñó a decir algunas palabras que generaban la sensación entre toda la familia.
Durante los primeros meses, Norma tenía a Loreto en una jaula por sus heridas, pero eventualmente, el perico fue recuperándose, sintiéndose mejor y despertando un cariño gigante hacia ella.
Toda la familia estaba muy encariñada con Loreto, pero él tenía una conexión especial con mi abuela. Cuando se abría la jaula lo primero que hacía era volar hacia su hombro y jugar con
ella, recorrer la casa y pasar el día juntos.
Fueron muchos momentos de felicidad, mi nana le dedicó a Loreto más de 8 años de su vida, sus hijos y nietos sabían de la felicidad que le brindaba este animal a su vida. Pero cuando Norma se enfermó, la vida del ave también se complicó.
En el 2016 a mi abuela se le detecto un cáncer, los tratamientos y la quimioterapia poco a poco la fueron debilitando y nosotros notamos como Loreto se puso muy triste, con las semanas dejó de volar y de cantar.
Lamentablemente mi nana falleció, dejando un hueco en sus hijos, nietos y también en Loreto. En un descuido, alguien dejó la puerta abierta de la casa donde estaba la jaula y decidió irse volando, mostrando un comportamiento extraño en él.
Puedo entender completamente a Loreto, el cariño que demostraba mi abuela en cada abrazo, cada palabra y cada acción era tan grande que hasta un noble periquito pudo sentirse amado y recuperar las ganas de volar, cantar y vivir.
Cuando se fue, yo también tuve ganas de volar al cielo para buscarla y recibir un último abrazo. Toda mi familia pensó que Loreto emprendió vuelo para buscar a Norma, quien desde hace 5 años descansa en paz.
Por su cariño a las personas y a los animales, la silueta de Norma siempre será recordada con un periquito en el hombro, por ese motivo, siempre será para nosotros “La nana pirata”.
El autor es Licenciado en comunicación y medios digitales