Hundimientos y planes transexenales

Del “tramposo fotógrafo o lo que sea” mencionado ayer aquí, José Alfonso Quiñones escribe:

“Habría que recordarle que una parte del aeropuerto de Hong Kong está construido donde había mar y el de Singapur en el mar. ¿Contrataría a Hyperloop para llegar a Santa Lucía en media hora a un costo de mil pesos? Como dicen ahora, No manchen”.

Roberto Garibay (“durante mucho tiempo he seguido sus textos, desde que el ex presidente Salinas, en 1999, le dio una entrevista en su exilio”) sugiere “que usted tome la iniciativa con cuatro factibles aeropuertos centrales: el NAIM en construcción, Puebla, Cuernavaca y Toluca, conectados por tren como en las grandes ciudades del mundo. Con esto, aunque se lleven 10 o 15 años, se regularía la movilidad en Ciudad de México, ahorrando muchos viajes y miles y miles de litros de gasolina y muchas otra cosas más”.

Coincido con José Alfonso: la ingeniería resuelve el riesgo de hundimientos.

De la propuesta de Roberto soy escéptico: si los cuatro años iniciales del NAIM están en capilla, no quiero imaginar las decepciones con proyectos que abarquen tres sexenios…

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