Fe de errores

Desde hace muchos años, cuando me preguntan por qué no aquilato las obras y logros del gobierno, respondo lo mismo: me fijo en lo que supongo mal hecho porque para que hagan bien las cosas es por lo que les pagamos a quienes nos gobiernan.

Por lo mismo, del mensaje presidencial de ayer me llamaron más la atención las cosas que exaltó, a saber:

–La derogación de la reforma educativa peñanietista porque en su lugar quedó una legislación más bien laboral y a modo de la facción más impresentable, peor capacitada y en extremo irresponsable del magisterio representada por la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación.

–La cancelación del apoyo institucional a las estancias infantiles, tema que la semana pasada lo llevó a descalificar (ningún Presidente había tenido tal osadía) a la Comisión Nacional de los Derechos Humanos por haber hecho la recomendación de que no se vulnerara el constitucional "interés superior de la infancia".

–La decisión de no explotar hidrocarburos mediante la utilización de la fracturación hidráulica o fracking. Gracias a este método, Estados Unidos no solo alcanzó la autosuficiencia sino la sobreproducción para exportar. Teóricamente, México podría extraer lo mismo que produjeron yacimientos que se consideran "agotados".

–La reiteración de dos proyectos de dudosa conveniencia y costeabilidad: la refinería en Dos Bocas, el Tren Maya y las obras de acondicionamiento de la base aérea militar de Santa Lucía.

–La celebración de que se haya cancelado el aeropuerto de Texcoco, el aprovechamiento del terreno en un parque ecológico y el "rescate" del lago Nabor Carrillo, que en realidad comenzó a rescatar el ingeniero Gerardo Cruickshank en 1965

–La irrefrenable alusión a "nuestros adversarios" que se oponen a proyectos en los que no hay claridad sobre el impacto ambiental y que AMLO diga que en su gobierno están siendo cuidadosos para no dar pretexto al "sabotaje legal" (habría sido mejor decir que habría cuidado para garantizar plenamente la preservación del ambiente).

–La reiteración del compromiso de rescatar los cuerpos de los mineros atrapados en Pasta de Conchos, ya que ninguna certeza existe de que esto sea posible dada las condiciones de profundidad y explosividad de la mina.

–La equiparación de sus disertaciones mañaneras con el derecho a la información.

–La seguridad con que dijo que nuestros ancestros dejaron trazado lo que se debe hacer.

–El dar por superado el "periodo neoliberal" porque no se seguirán "recetas impuestas desde el extranjero" cuando México le hace de muro y de “border patrol” en el tema de migración y de que la estabilidad macroeconómica y el libre comercio, por citar solo dos, son característicos del modelo satanizado.

En contraste: reconoció que siguen pendientes de cumplirse sus promesas de crecimiento económico, mejoramiento del sistema público de salud y abatimiento de los crecientes niveles de violencia.

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