Protesta de leales y disciplinados

Pareciera que el Presidente cree que la protesta de los ofendidos terminó, y sigue desacreditando a la corporación civil mejor calificada para combatir la delincuencia:

“Hace poco ‘hubo un conflicto’ con la Policía Federal y se demostró que ‘no estaba a la altura de las circunstancias”’, dijo ayer ante el Consejo Nacional de Seguridad, y recargó:

“Imagínense. Una institución que debe ser ejemplo de profesionalismo y de disciplina, que se rebela y toma las calles…”.

Lo cierto es que, pese a ser un organismo de reciente modernización (90 años de existencia, pero fue Ernesto Zedillo quien impulsó su reorganización), la PF ha demostrado alto grado de eficiencia y documentable lealtad (tanto a los gobiernos en turno como y sobre todo a la sociedad).

Que en estos días algunos cientos de sus 36 mil efectivos se manifiesten con paros y bloqueos, y alrededor de cuatro mil hayan recurrido al amparo de la justicia federal para evitar que en su transferencia (voluntaria, se supone) a la Guardia Nacional se les despoje de grados, rangos y prestaciones, no justifica el desprecio con que se le ha venido tratando.

Más allá de las reiteradas y despectivas expresiones presidenciales y de los maltratos que tanto los afectados como los medios han documentado, el disgusto tiene razones tan sólidas como el hecho de que, en el acuerdo del 28 de junio publicado en el ‘Diario Oficial de la Federación’, se establece que se asignarán a la Guardia Nacional elementos de la PF y de las policías Militar y Naval, pero a los federales no se les garantizan sus derechos laborales ni se les reconoce el tiempo de servicio para efectos de la antigüedad y ascensos a que puedan aspirar.

El abogado Iván Chávez explica:

“En ese acuerdo se establece que los elementos de Policía Naval y Policía Militar pasarán a la Guardia Nacional conservando todas sus prestaciones, su antigüedad, bonos y salarios, pero no se dice nada de los efectivos de la Policía Federal.

Esto detonó las inconformidades porque no tienen asegurada la continuidad de sus prestaciones”.

No solo: el menosprecio a la institución incluye que los mandos de la Guardia Nacional deberán contar con al menos 30 años de carrera y educación militar y naval… en su fuerza de procedencia, lo cual será un portazo en la nariz contra cualquier policía federal durante los próximos diez años.

De poco ayuda que a los protestantes se les diga que a nadie se despedirá, que su contrariedad no tiene sustento y que se les respetarán los derechos adquiridos.

Papelito habla.

Los demandantes quieren, firmado por Andrés Manuel López Obrador y publicado en el ‘Diario Oficial de la Federación’, ese compromiso.

Sietemesina, la Guardia Nacional es un potaje en preparación que quizás alcance buen sabor pero a uno de sus ingredientes alguien lo ultrajó con vinagre y, lógico, se amargó…

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