Le pido perdón, senadora Gastélum

Ignoro cuánta gente, como yo, asoció a la senadora Alejandra del Carmen León Gastélum con la mujer del grotesco pornovideo que recordé antier aquí (“Flit a Bonilla y su pandilla”), sobre la pretendida prolongación de mandato del “gandalla” gobernador electo de Baja California.

Por fortuna (más para mí que para ella), la legisladora me buscó y ahora sé que no son la misma persona las señoras que aparecen en dos lugares distintos: una en la sede de Morena en Mexicali, el 1 de julio, en cuanto se hicieron públicos los resultados electorales, y la otra en un antro de baja estofa (quién sabe cuándo y en qué ciudad).

Mi convencimiento de que los dos videos eran de la senadora fue porque se hizo público que se le suspendieron por un año los derechos partidistas y por la entrevista con “El Financiero” del presidente de la “Comisión de Honestidad y Justicia” de Morena, Héctor Díaz Polanco, el 7 de septiembre del año pasado (en la que no se menciona el champán ni el pornovideo), explicando que la señora ejerció con absoluta libertad su defensa y se cuidó en todo momento el “debido proceso”; que tenían la posibilidad estatutaria de sancionarla hasta por tres años, pero que sus “jueces” trataron de ser justos y apegados “a la norma interna y las normas nacionales”.

–Entonces, ¿por qué el castigo?– le pregunté.

–Por lo del champán.

–¿No por el pornovideo…?

–No.

Eso lo inventó Fernanda Familiar en las redes.

No sé por qué lo hizo.

Y no se ha disculpado.

–¿Y qué sanción hay para quien tome una Coca Cola? –bromeé.

Mortificado yo, amable ella, le pedí saciara mi curiosidad y me contara cómo se ganó el mote de “Lady Champán”.

Dice que aquel domingo, hacia las ocho de la noche, en compañía de sus hermanos Gustavo y Sergio (que no cabían de felicidad porque Alejandra ganó voto por voto una senaduría), y lamentaban que sus padres no vivieran para unirse a la celebración del triunfo pero quisieron, a la par de la elección, honrar su memoria.

Por lo mismo, en vez de cerveza, brindaron con champán de calidad: compraron dos botellas de “Moët & Chandon”, rosa por la mamá (falleció de cáncer de mama) y azul por su papá (que al segundo mes de viudo lo fulminó un infarto).

–Justificado el champán –le comenté–, ¿a poco nadie de Morena puede tomar algo así?

Siempre es mejor dormir en un “box spring” que en un petate.

Digo, y que me dispensen quienes prefieran brindar con cerveza…

Mi agraviada y yo (aliviado) reímos.

Nos quedó una duda:

¿La comisión que encabeza Héctor Díaz Polanco sancionará a los tres diputados de Morena que votaron por la ampliación de dos a cinco años la gubernatura de Bonilla?

Si por brindar con champán se suspenden los derechos partidistas por un año, para quienes apoyaron modificar la Constitución de Baja California violando la Constitución de la República merecen los tres con que pudieron sancionar a la senadora León Gastélum…?

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