La Corte, el último dique

Y ayer fue otro día.
Florestán

Una de las preocupaciones ante la fuerza legítima con la que Andrés Manuel López Obrador iniciará su gobierno el uno de diciembre, es la de los contrapesos que solo dan, a nivel público, la división de poderes y los organismos autónomos, y a nivel privado las cúpulas empresariales, los medios y las organizaciones de la sociedad civil.

El nuevo presidente tendrá con los suyos, aliados y los que se le sumen, una mayoría calificada en el Congreso que no será contrapeso, la oposición ha sido reducida a sus mínimas expresiones históricas, y a la hora de votar, mayoría es mayoría, y ésta es para ejercerla en apoyo de programas de gobierno, como ocurre en las democracias. Pensar otra cosa es no querer ver una realidad legítima porque el 53 por ciento de los votantes así lo decidieron.

En otros frentes hemos visto el giro oportunista de las cúpulas empresariales, que de ser sus más feroces detractoras y financiadoras de opositores, se entregaron en un instante en una indigna cargada encabezada por algunos de los más emblemáticos integrantes del Consejo Mexicano de Negocios –¿recuerdan  aquel video?– por lo que no se les puede ver como contrapeso. Lo suyo son los intereses. En los grupos de la sociedad civil son pocos los que han decidido mantener su postura crítica y vigilante, y los medios fijarán cada uno su posición en el día a día. En el caso de los organismos públicos autónomos, el mismo López Obrador ha reiterado su respeto absoluto

Por lo que toca al Poder Judicial, está el compromiso de respeto que hizo el miércoles en su discurso en el Tribunal Electoral: El Ejecutivo no será más el poder de poderes ni buscará someter a los otros.
Allí, los once ministros presentes -que hoy desayunarán con él en su comedor-, tomaron nota, pero sigue la inquietud por la el proyecto del Tribunal Constitucional, que los rebasaría y reduciría, los desplazaría, y la desaparición del Consejo Federal de la Judicatura, con lo que Corte y Poder Judicial dejarían de ser contrapeso, el último de los contrapesos en la división de poderes.

RETALES
1. CONGRESO.- El día 19 será el Congreso de Morena en el que modificarán los estatutos a fin de ampliar la gestión de Yeidckol Polevnsky como presidenta del partido. Su mandato terminaría en diciembre y se lo llevará un año más;
2. FOROS.- Hizo bien López Obrador en anunciar que tras asistir a la inauguración de los 19 foros de pacificación, ya solo irá a la clausura. Y lo digo porque ante el dolor, pesar e indignación natural de las familias de las víctimas, no hay discurso ni compromiso que calce. Su grito de rabia es ni perdón ni justicia, por eso rechazaron el perdón que les planteó en Ciudad Juárez. Los foros seguirán y que los encaren y asuman el desgaste los que serán responsables en su gobierno de la seguridad y de la justicia para ellos y para todos los mexicanos; y
3. SUCESIÓN.- Con la reunión de anoche en Palacio Nacional, la segunda de Enrique Peña Nieto y Andrés Manuel López Obrador, la primera como presidente electo, inició el largo proceso de transición de gobierno que Peña Nieto quiere de terciopelo.
Por vacaciones, no merecidas pero sí necesarias, nos vemos aquí en unos días.

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