La Corte, el último contrapeso

El intestino sabe mejor, hay que aprender a escuchar las entrañas.
Florestán.

Todos hemos escuchados que en política, para evitar el avasallamiento de un Poder, el Ejecutivo en este caso, es fundamental la existencia de pesos y contrapesos, lo que yo reduzco a la última expresión, los contrapesos que en física conforman el equilibrio y en el ejercicio de gobierno, la contención.

Ya no estamos en aquellos tiempos del priato en los que el Presidente de la República designaba a los coordinadores del PRI en el Congreso y al presidente de la Suprema Corte de Justicia, aunque en el primer caso hayamos regresado con otro partido y en el segundo se libre una lucha.

Con base en los resultados del proceso electoral del 1 de julio Andrés Manuel López Obrador ganó con el mayor número de votos de la historia del México democrático, más de treinta millones, 53% y su mayoría en el Congreso que no tiene antecedente desde 1994, que lo deja a unos cuantos legisladores de la calificada, que reunirá con la cargada de otras fracciones, lo que hace que el Legislativo deje de ser un contrapeso y se convierta en un peso legitimador a su favor.

Así, la única contención que quedaría es la Suprema Corte, contra la que se ha enderezado desde hace tiempo una ofensiva, -¿recuerda los ministros maiceados?- para desacreditarla con el tema de los salarios: repiten que un ministro gana 600 mil pesos al mes cuando su ingreso es de 269 mil, que puede parecer y es, mucho, pero no se lo fijaron ellos.

Pero sueldos aparte, lo que aprecio es una arremetida en dos tiempos contra la Corte, el último contrapeso al Poder Ejecutivo: el público, desprestigio por los sueldos y el privadísimo, la creación de un Tribunal Supremo o Constitucional, que lo desplazaría.

Y entonces, sí, adiós contrapesos y contención.
Quiero decirle que esta columna la publiqué hace 106 días, el pasado 25 de julio y que sin estar hoy, como he dicho, en una crisis constitucional, sí estamos en un conflicto entre poderes constitucionales que tiene como objetivo el Judicial, la Suprema Corte de Justicia de la Nación, como apuntaba desde entonces.

RETALES
1. CANCELACIÓN.- Le confirmo que el presidente López Obrador canceló, mañana, la tradicional comida anual con los ministros de la Corte, tras el informe de su presidente, en este caso Luis María Aguilar, que dará el último. Lo escuchará y se irá. Los dejará comiendo solos;

2. REACCIÓN.- Ricardo Monreal pidió a la PGR un informe de todos los ministros, magistrados y jueces que hayan sido investigados por corrupción. Le daría, eso sí, al menos uno o dos; y

3. BONOS.- Con el simple incumplimiento del calendario de obra del NAIM, ya no diga su suspensión, los tenedores de bonos podrán exigir el pago de sus seis mil millones de dólares, para lo que no alcanzan los fondos del fideicomiso del NAIM y se irían al presupuesto 2019.

Nos vemos mañana, pero en privado.

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