La importancia, electoral, de llamarse Andrés

El fuego, por más amigo que sea, será siempre enemigo.
Florestán.

El martes le contaba que la oposición en el Senado votaría a favor de la consulta popular y revocación de mandato, pero no para las elecciones federales del 6 de junio de 2021, como había planteado Andrés Manuel López Obrador desde candidato presidencial.

Y es que todos saben la diferencia de que esté o no en la boleta.

En la presidencial de 2006, Andrés Manuel como candidato de la alianza que encabezó el PRD logró 36.4% de los votos y 30% para diputados y senadores.

En la intermedia de 2009, el PRD, alcanzó 12.9%.

En 2012, siendo candidato de la coalición que de nuevo encabezó el PRD tuvo 32.4% y en la intermedia de 2015, en su primera incursión electoral como partido, Morena logró 8.8% de la votación y el PRD 11.5%.

Ya en 2018, López Obrador en otra alianza, pero encabezada por Morena, alcanzó 53% del electorado, aportando su partido 45% y en las legislativas 39% que con sus aliados llegó a 45%.

Y en los procesos de este año ganó las dos gubernaturas en juego: Puebla, con apenas 29% de participación y Baja California con 33%. ¡Bajísima! Es cierto que arrebató el Congreso al PAN en Quintana Roo, pero el abstencionismo allí fue de ¡78%! Y perdió todo en Tamaulipas, casi todo en Durango y apenas tuvo alcaldías en Aguascalientes.

Esa es la diferencia, estar o no estar y por eso su estrategia original de aparecer en las boletas de junio, lo que ante la falta de votos en el Senado para modificar la Constitución, ya lo dejó pasar, dijo ayer, para cuando mis opositores quieran, ya no en junio de 2021, ni el 21 de marzo, en pleno proceso electoral, hasta diciembre a la mitad de su Gobierno.

Pero lo que tiene que quedar claro a los morenistas que llegaron a alguna posición electoral, es que la ganaron por el efecto López Obrador, no por ellos.
Y quieren más.

RETALES
1. ENTORNO.- Anoche se aclaró el asesinato del seminarista Leonardo Avendaño, un cura que ya fue detenido y esta semana o la otra se resolverá el de Norberto Ronquillo. En ambos casos, el entorno. Aquí ya cuenta el arribo de Omar García Harfuch al Gobierno de Claudia Sheinbaum;

2. VISITA.- Clave el encuentro del canciller Marcelo Ebrard y el embajador Juan Ramón de la Fuente con el secretario general de la ONU, Antonio Guterres. Quedó claro que la migración es un problema multilateral y la participación de al menos 14 de sus agencias y un representante para coordinarlas con los gobiernos de México, Guatemala, El Salvador y Honduras; y

3. DIGNO.- Fue una sacudida la renuncia ayer de José Narro al PRI tras una militancia de 43 años. La sucesión ya quedó, ya estaba, resuelta con Alejandro Moreno y el apoyo de los gobernadores priistas.
Nos vemos mañana, pero en privado.

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