¿No te preocupes Rosario?

Conforme se acerca el fin de sexenio, se ve cada vez más difícil que el presidente Enrique Peña Nieto pueda garantizarle a su colaboradora Rosario Robles la tranquilidad que le ofrecía en abril de 2013 cuando arreciaban denuncias contra la entonces secretaria de Desarrollo Social por una supuestos desvíos de programas sociales con fines electorales.

Cinco años y medio después, con un Peña debilitado y en el ocaso de su poder, la actual secretaria de Desarrollo Territorial y Urbano nuevamente es blanco de señalamientos por presuntos desvíos por 700 mdp que, según la Auditoría Superior de la Federación, fueron sacados de Sedesol y Sedatu para ser otorgados, en efectivo, a contratos de servicio a empresas fantasma.

La oposición en el Congreso, especialmente de la mayoría de Morena y los panistas, piden “investigarla y que no haya impunidad”, y Rosario empieza a preocuparse y se defiende ella misma asegurando que se siente “tranquila y sin nada que temer” ante los señalamientos de la ASF a las dos dependencias que encabezó este sexenio.

Después de aquella defensa presidencial en 2013, si bien nunca se le acusó directamente a ella en ninguna denuncia concreta en la PGR o la Función Pública, a Rosario no han dejado de mencionarla en irregularidades y desvíos, tanto en la llamada Estafa Maestra, por hasta 2mil 300 mdp en contratos otorgados a universidades públicas que subcontrataban a empresas “fantasma”, como ahora en esta nueva investigación de la auditoría sobre pagos en efectivo a organismos públicos de Radio y TV de varios estados por 700 mdp.

Cada que su nombre vuelve a ligarse a irregularidades detectadas por la Auditoría Superior, Robles repite su misma defensa: “que me muestren donde firme yo contratos o asignaciones irregulares”.

Y ahora, ante amenazas directas de diputados y senadores como Mario Delgado o Ricardo Monreal, líderes de la mayoría de Morena en ambas cámaras, la titular de Sedatu será llamada a comparecer en estos días por la Glosa del Informe presidencial, y vuelve a retar a los que la acusan:

“Que me investiguen si quieren hasta por debajo de las piedras”.

En su descargo muestra documentos de un convenio firmado con el Sistema Hidalguense de Radio y TV y sostiene que “hay facturas que avalan el pago”.

Y de nueva cuenta, como lo ha hecho en otros escándalos, la ex jefa de Gobierno del DF dice que aunque ella es responsable como titular de las políticas de las dependencias que encabeza, “hay órganos ejecutores en cada una de las áreas, por lo que se debe castigar con nombre y apellido”.

Es decir, que Robles se defiende ella, pero acepta que si alguno de sus colaboradores —incluso ha llegado a mencionar a su oficial mayor, Emilio Zebadúa— incurrió en irregularidades, “que se les denuncie, se investigue y se castigue”.

Hoy, en la agonía del sexenio, no hay duda que Rosario Robles está en la mira de la nueva mayoría de Morena.

Y sabe bien que a partir de ahora lo que no haga ella misma para defenderse ya no lo hará nadie, ni siquiera el Presidente que hace rato dejo de garantizarle aquello del “no te preocupes Rosario”.

NOTAS INDISCRETAS… 

Con nuevos nombramientos en el CEN priista, la dirigente Claudia Ruiz Massieu intenta una “renovación” en su partido. 

Pero lo que más llamó la atención ayer fue que en un izamiento de bandera en la explanada de la sede priista, apareció invitado Aurelio Nuño, en lo que algunos interpretaron como la confirmación de que a Nuño lo quieren meter a la Fundación Colosio. 

Eso si no se le rebelan a Claudia algunos priistas, porque la sola mención del nombre de Aurelio ya hace que priistas de la cúpula cuestionen su calidad de “ideólogo” y otros amenacen: 

“No lo dejaremos pasar”… 

Se agitan los dados. 

Capicúa.

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