Vayan marcando en su calendario el Verano del 2021…

VAYAN marcando en su calendario el Verano del 2021, porque Andrés Manuel López Obrador ya dijo que habrá nuevo aeropuerto sin importar los amparos promovidos por ciudadanos para frenar las obras en Santa Lucía hasta garantizar su seguridad.

Y LA DUDA no es si en dos años podrá cortar el listón de un edificio o incluso de una pista.

El asunto es si lo que inaugure cumplirá con las características mínimas de seguridad de un aeropuerto internacional.

NO ES POR andar de aguafiestas pero muchos capitalinos recuerdan que, cuando fue jefe de Gobierno, López Obrador entregó obras que no quedaron bien con tal de cumplir con las fechas que él mismo se impuso.

OCURRIÓ con la primera línea del Metrobús cuyos carriles tuvieron que ser reconstruidos meses después, pues no aguantaron el peso de los camiones.

También las piezas de plástico del confinamiento fueron reemplazadas por otro modelo porque se rompieron.

QUIZÁS lo más preocupante es que, evidentemente, el grado de complejidad y los riesgos de una obra de transporte público terrestre no son ni remotamente comparables con los que implica la construcción de un aeropuerto.

¿Si lo habrán pensado en Palacio Nacional?

Es pregunta que no vuela.

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CUENTAN que la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum, prepara un cambio importante en la Procuraduría de Justicia local a raíz del secuestro y asesinato de un estudiante y la muerte violenta de otro en las últimas dos semanas.

SEGÚN ESTO, Bernardo Gómez del Campo dejaría la jefatura de la Policía de Investigación y llegaría en su lugar Omar García Harfuch, hasta hace días director de la Agencia de Investigación Criminal de la FGR.

RESULTA revelador que el también nieto del general Marcelino García Barragán e hijo del abogado Javier García Paniagua y la actriz María Sorté se especializara en resolver secuestros durante el sexenio de Enrique Peña Nieto.

Y VAYA que sería una señal importante de Sheinbaum contratar a un policía experto, con buena trayectoria, sin importar que colaborara con el anterior gobierno federal.

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DICEN por ahí que al nuevo titular del Instituto Nacional de Migración, Francisco Garduño, le van a resultar muy útiles sus títulos de abogado, maestro en Derechos Humanos y doctor en Derecho.

PERO que nada le servirá más que haberse graduado en 1972 como optometrista.

Porque... ¿quién mejor capacitado que él para “mejorar la visión” de Donald Trump sobre la política migratoria de México? 

Es chiste, parezca lo que parezca.

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