Una buena y una mala...

UNA BUENA y una mala. La buena es que hoy se cumplen los primeros 45 días del plazo que dio Donald Trump a México... y no se acabó el mundo. Al contrario: la relación bilateral comienza a retomar su cauce. Dicen que de mucho ha servido el toque personal que le ha dado Marcelo Ebrard.

NO ES CASUAL que la reunión con Mike Pompeo se llevara a cabo en el piso 22 de la Cancillería, sólo entre ellos dos y un par de tazas de café. Ni asesores, ni subalternos y, por supuesto, tampoco traductores. El asunto tiene su chiste, pues significa que el diálogo se está restableciendo a nivel de ministros, y ya no por la ventanilla trasera de la Casa Blanca, como ocurría con Rex Tillerson.

UNA HORA y diez minutos estuvieron revisando las cifras sobre el flujo de migrantes hacia Estados Unidos. Y todo indica que Pompeo quedó bastante satisfecho, pues aceptó dejar de insistir con la incómoda petición de que México se convierta de manera expresa en tercer país seguro y, también, en que se establezca una mesa binacional para repartirse la supuesta fortuna de "El Chapo".

¿Y CUÁL es la mala noticia? Pues que Donald Trump sigue siendo presidente de Estados Unidos y en cualquier momento puede desconocer todo lo anterior y salir con otra payasada.

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EN LA contienda interna para renovar la dirigencia nacional del PRI, el más chimuelo masca tuercas. Ahí está, por ejemplo, Ulises Ruiz, que el fin de semana visitó Torreón, donde advirtió que el ex gobernador coahuilense Rubén Moreira busca amañar la elección tricolor.

NO HAY que olvidar que Alejandro "Alito" Moreno lleva como compañera de fórmula para la secretaría general del PRI a Carolina Viggiano, dirigente tricolor, ex diputada federal y, además, esposa de Moreira.

ASÍ QUE hay que hacerle caso a Ulises Ruiz, que tiene laaargo pasado de acarreo, compra de votos y agresiones físicas a la oposición, que hasta dejaron muertos en Oaxaca. Cuando dice que hay cosas muy chuecas, es porque es un experto en el tema.

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QUIÉN SABE si es cuestión de ego o de transparencia, pero como que no queda claro qué necesidad había de que Claudia Sheinbaum presentara oootro informe de gobierno, ahora por sus primeros 200 días. Mucho menos se entiende para qué requería los miles de acarreados que le llevaron a la Plaza de las Tres Culturas.

PERO LA verdadera pregunta del millón es: ¿para qué diablos le sirve eso a los habitantes de la Ciudad de México? A ver si en el informe de los 225 días la responde.

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