Negociando con uno mismo
El autor es ingeniero Químico con Maestría en Dirección de Organizaciones Consultor Empresarial Financiero Asociado a PONTIFEX S.C.
Por lo general, las negociaciones se realizan con otras personas, que participan complementariamente en el proceso, sin embargo cuando el otro es uno mismo, es más complicado, influyen aspectos personales, familiares y profesionales.
La negociación con uno mismo se presenta, cuando hay que tomar decisiones entre dos o más opciones personales en conflicto, que por su importancia, merecen ser tratadas con un profundo análisis, de los diferentes intereses que tiene cada una, que hacen que la persona literalmente negocie consigo misma, para decidir cuál es la mejor alternativa.
Una ventaja de este tipo de negociación, es que el resultado final será una alternativa negociada, que contendrá beneficios de todas las partes analizadas, por lo tanto será un resultado más satisfactorio.
Cuando la negociación avanza, en lugar de reaccionar, debemos hacer un alto para observar cómo nos estamos comportando, contener nuestras emociones, preguntarse cuál es la razón de lo que sentimos, descubrir las inquietudes y necesidades a fondo, para llegar a darnos cuenta de lo que realmente queremos.
En primer lugar tenemos que determinar nuestro MAPAN, que es la “Mejor Alternativa Para un Acuerdo Negociado” que básicamente se trata de la mejor estrategia para satisfacer sus intereses, la
mejor forma de cumplir sus necesidades, independientemente de lo que hagan los demás.
Un buen MAPAN se logra imaginando una lista de acciones que se podrían realizar en caso de no llegar a un acuerdo, seleccionando las ideas más atractivas y definiendo la mejor alternativa como nuestro MAPAN.
Siguiendo los principios de negociación que hemos aprendido, continuamos con nuestra metodología, cuando negociemos con nosotros mismos, vamos a separar a las personas del problema, es decir no vamos dejar que nuestros sentimientos, nos alejen de la objetividad que necesitamos, para nuestro análisis decisorio.
Debemos concentrarnos en los intereses, no en las posiciones que nos ocultan los verdaderos temas a considerar, que son los factores personales, familiares y profesionales que van a influir o afectar nuestro resultado.
Pensar en el mayor número de opciones que nos permita ampliar nuestro análisis para tomar la mejor decisión. Investigar todos los criterios objetivos, que nos den las bases para un apoyo firme, independiente de nuestras preferencias, que nos fundamente el camino por elegir. Localizar la información basada en hechos y datos duros para fundamentar nuestra importante decisión.
Ejemplos de negociaciones con uno mismo:
Iniciar un negocio
Deshacer una relación de pareja
Cambiar de empleo o actividad
Decidir un cambio de rumbo en la vida
Les recomiendo el libro “Negociando con uno mismo” de
Juan Malaret, para ampliar este tema y estoy a sus órdenes para cualquier pregunta.
El autor es ingeniero Químico con Maestría en Dirección de Organizaciones Consultor Empresarial Financiero Asociado a PONTIFEX S.C. Financieros Manuel_agraz@prodigy.net.mx