“Sigue tus sueños” y otras mentiras
La autora es Maestra en Artes-Escritura de guion por la Universidad Napier de Edimburgo.
En 2016, el músico, comediante y cineasta estadounidense Bo Burnham se entrevistó con Conan O’Brien.
Éste le preguntó si tenía algún consejo para los jóvenes que tenían grandes sueños hollywoodenses.
“Tienes que tomar un respiro profundo y… rendirte. ¡El sistema está amañado en tu contra, todo tu trabajo duro y talento no rendirán frutos!”
Tras la risa de la audiencia (recuerden, Bo es un comediante), Bo se puso un poco más serio y le dijo a Conan:
“Yo diría, no tomes el consejo de alguien como yo que ha tenido mucha suerte, estamos sesgados”.
Verán, por ahí de 2006, Bo Burnham subió sus canciones a YouTube para mostrárselas a su familia, y éstas se hicieron populares.
Pronto estaba dando shows en vivo, luego le entró a actuar.
Tiene un especial de comedia en Netflix y en 2018 estrenó su primera película -escrita y dirigida por él- llamada “Eighth Grade” (excelente, por cierto)-
Bo tiene 29 años, nació en 1990, ¡el mismo año que yo!
El éxito se mide de muchas maneras, pero es innegable que en el ámbito artístico y de los medios, la fama (aunque sea moderada) es un indicador que la sociedad toma en cuenta.
¿Debería de serlo?
Quién sabe, no vengo a discutir eso.
Lo que sí quiero puntualizar es que este tipo de éxito suele requerir variables que están fuera de nuestro control.
La comedia musical de Bo es inteligente y simpática.
Sin embargo, en mi vida he conocido incontables personas igual o más inteligentes y simpáticas.
Gente que ha estado intentando entrar a la industria, con mucho talento.
Pero el talento no es suficiente.
Suena feo, pero como dijo Bo, la suerte juega un enorme papel.
“Taylor Swift diciéndote que sigas tus sueños es como un ganador de lotería diciendo ¡‘liquida tus bienes, compra boletos de lotería, funciona!’”
Me recuerda a un director de Televisión que vi en conferencia, que había hecho episodios de prestigiosas series británicas.
Le preguntaron cómo fue que llegó a donde estaba.
Él respondió que, teniendo otro trabajo “normal”, un día estaba en un bar.
El hombre que se sentó junto a él le comentó que trabajaba de transportista para una empresa de producción de TV, y le preguntó si quería trabajar con él.
Me imagino que todos los que estaban en la audiencia y querían dirigir televisión, se quedaron sentados pensando, “bueno, y eso a mí cómo me sirve, esa situación no se puede replicar”.
No quiero desalentar a nadie.
¡Sigan sus sueños locos!
Yo sigo intentando seguir los míos.
Pero es bueno entender que ni la perseverancia, ni el trabajo duro ni el talento garantiza que llegaremos al nivel de éxito que la sociedad percibe como tal.
Par eso hacen falta situaciones fortuitas.
Es estar en el lugar correcto en el momento correcto.
Hay que definir nuestro propio éxito.
Mientras tanto habrá que seguir trabajando, ponernos en tantos lugares como podamos, en tantos momentos como podamos.
Tener la motivación de volver a intentar, de buscar otro momento, otro lugar, sin importar la cantidad de desalientos… eso para mí es un éxito.
La autora es Maestra en Artes-Escritura de guion por la Universidad Napier de Edimburgo.
Twitter @alexamenexa