Un momento único en la historia de la danza: reconstruyendo a Felipe 'El Loco'
Una obra teatral reinventada por el talento local.
El pasado jueves 9 de enero el Teatro del Cobach Villa de Seris, en Hermosillo, fue literalmente el escenario para la primera reconstrucción de una coreografía que expresa momento único en la historia de la danza:
La artista, profesora e investigadora María Gabriela Estrada Tapia, Gaby Estrada, puso en escena el resultado de su último trabajo: el momento en el que el flamenco y el ballet ruso se unieron en los pies de Félix Fernández 'el Loco' a través de la coreografía de la afamada Doris Humphrey. Una puesta en escena que se encontraba en el olvido debido a que se presentó en pocas ocasiones y jamás fue videograbada.
Movida por la curiosidad y la pasión, Gaby Estrada montó la primera pieza que reconstruye la relación entre ambas artes retratada por Doris Humphrey, icónica coreógrafa de la danza contemporánea: a través del baile se cuentan los pormenores de aquel momento que, tras disputas, celos y otros humores, llevaron al 'bailaor' andaluz al manicomio.
La investigación fue encarnada por jóvenes artistas de la localidad, quienes a base de esfuerzo y compromiso desarrollaron los personajes con una precisión histórica que abarca hasta el mínimo detalle del vestuario. "Hasta los calzones", bromeó la directora.
Es una historia que, al igual que la obra montada por Estrada Tapia, hermosillense "de hueso colorado", aunque nacida en Los Ángeles, puede contarse en tres actos: 1. el momento en el que le otorgaron una beca para viajar a España a investigar; 2. Cuando decidió rechazar la posibilidad de contar con bailarines consagrados y se decantó por recurrir a jóvenes talentos locales; y 3. Cuando el jueves 9 de enero documentó por primera vez el trabajo terminado; momento en el que e Media estuvo presente.
Primer acto: La maestra
María Gabriela Estrada Tapia nació en Los Ángeles porque su padre, el célebre médico Porfirio Carlos Estrada Arras, estaba desarrollando su especialidad. Se autodenomina una artista interdisciplinaria, pero no duda en definir a la danza como su principal actividad.
"La danza, danza en el aspecto de maestra investigadora, maestra de clase, maestra de los que han sido maestros", dijo.
En 1999 daba clases de en la Universidad de Sonora, algunas como anatomía, análisis de movimiento, ballet y jazz. Lo hacía "de horas sueltas" porque su hija "estaba muy chiquita". Después hizo la maestría en Los Ángeles, en la misma universidad donde hizo la licenciatura. Luego volvió a la Universidad de Sonora y la becaron para hacer una investigación sobre las aportaciones del flamenco al ballet.
"Llevaba dos años aquí en HMO, estuve haciendo la maestría del 2007 al 2009 y fue en el 2010 que me estaban invitando a hacer los papeles de la plaza en la Unison. Me escogieron para exponer en un congreso en Córdoba, España, sobre el Sombrero de Tres Picos, pero volé a Sevilla, me bajé del avión y me fui a investigar sobre un doctorado ahí. Ahí mismo me dieron la bienvenida".
En el 2016 presentó la tesis que adelantaba algunos resultados de su investigación y, en última instancia, aquellos que se mostraron en el Teatro del Cobach Villa de Seris. Esto último gracias al apoyo de la Universidad de Houston, donde se desempeña como profesora. Todo, asegura, tiene origen en la educación impartida por su abuela, su padre y su madre.
"Mi abuela todo investigaba. Le encantaba la historia, era más rápida que el internet y que ChatGPT. Una vez fue de visita a España y ella estaba corrigiendo al guía de la Casa Real, al grado de que (este) al final la llevó a ver algunos lugares para enterarse".
"Mi papá, médico urólogo, pionero en trasplante de riñón: toda la vida la pasó investigando. A mi mamá le encantaba leer, y cuando yo le preguntaba algo me decía: 'busca el diccionario'".
La maestra Gaby Estrada es una artista multidisciplinaria, pero define la danza como su principal actividad. (Foto: Jesús Ballesteros/EXPRESO)
Segundo acto: Los alumnos
Fue así que la obra de Humphrey montada especialmente para la ejecución de José Limón, destacado artista sinaloense, cobró vida de nueva cuenta en Hermosillo, y con ello el propio Félix Fernández. Todo luego de que durante sus ocupaciones en Houston la maestra Estrada realizó un viaje a la capital de Sonora durante el verano de 2024 y tomó la decisión que culminó en la función celebrada en el Teatro del Cobach Villa de Seris.
Carlos Ríos, joven de 20 años, estudiante de artes escénicas, de danza contemporánea, interpretó el papel central: Félix (o Felipe) 'El Loco'. Hacerlo significó cambiar su perspectiva sobre el flamenco y enfrentar el reto de prepararse en poco tiempo.
"La visión del flamenco que yo tenía… yo decía 'qué bonito, ¡el goce y todo!', pero entender lo que vivió Félix… Le arrebataron una parte muy sagrada de él. El cómo abrazar tus raíces a pesar de que te fallaron".
Jesús Miguel, también estudiante de artes escénicas de la Universidad de Sonora, comparte algunos de los sentires de Carlos, su personaje antagónico.
"Ha sido un proceso interesante, nunca había tomado una clase de flamenco, pero también se me hacía algo muy llamativo. Parte de mi proceso fue entender rasgos del personaje, imaginarme cómo fue su vida, qué hizo. El personaje que me tocó es 'el bailarín' (estrella del ballet ruso). Yo nada más he tomado contemporánea, así que ha sido complicado, pero muy interesante y muy disfrutable", agregó.
Luz Ballesteros, de 26 años, egresada de la escuela superior de música y danza de Monterrey, comenzó sus estudios con la maestra Estrada. Hoy día se dedica a ofrecer clases de ballet en diversas academias de Hermosillo e interpretó a una de las mujeres del ballet ruso.
"Llegué a ver de qué se trataba, y me lo explicaron bien rápido. Ya viendo, interpretando y bailando le fui entendiendo más. Al ver la interpretación de mis compañeros entiendo más la historia, que es muy emocionante. Va sucediendo y sientes coraje, ganas de llorar, mucha injusticia… Aunque no te cuenten con palabras, con la música y la puesta en escena todo se aclara".
Tifany Solís es bailarína y docente en la Unison, tiene 36 años y es una de las más experimentadas del elenco. Fue alumna de Gabriela Estrada y ahora son colegas.
"Ha sido muy bonito para mí, siento que con la maestra (Estrada) vengo construyendo algo desde hace muchos años. Por otro lado, fue un proceso muy retador como bailarina, el flamenco se entiende primero desde la música. Viéndolo desde el lado de maestra, ya que hay 3 de mis alumnos aquí (Jesús Miguel y Carlos son dos de ellos), es una sensación peculiar: son chavos de veintitantos años y es bien interesante ver como se apropiaron poco a poco (del papel). Verlos cómo resuelven, aunque siguen siendo estudiantes…".
Los estudiantes desarrollaron los personajes con gran precisión histórica gracias a su esfuerzo y dedicación. (Foto: Jesús Ballesteros/EXPRESO)
Tercer acto: La obra
El 9 de enero de 2025 llegamos al Teatro del Cobach Villa de Seris a las 19:30 horas para atender la invitación de la maestra. Colocamos las cámaras y ocupamos las butacas para registrar la reconstrucción de la obra de Doris Humphrey que retrata la influencia del flamenco en el ballet y la caída en la desgracia de Félix Fernández.
En el primer acto, Félix, o Felipe, aparece tendido. Se levanta, se pone los botines, muestra brevemente su capacidad artística y se retira con una guitarra en mano. Representa el momento en el que el ballet ruso notó su talento y lo reclutó.
El segundo acto inicia con una nube londinense plasmada en una de las esquinas y comienza el ballet: el andaluz se enfrenta por primera vez al personaje que habría de desterrarlo, aquel interpretado por Jesús Miguel. Al cierre vuelve la nube, que ahora parece una columna de vapor surgida de algún motor, y un policía se lleva, a rastras, al protagonista.
En el tercer acto el 'quejío flamenco' y golpes amaderados que recuerdan al 'cajón' abren el telón. La música dice "Yo no quiero morir solito" y el protagonista se encuentra en un manicomio de tinte onírico. Allí muere y un velo blanco cae con gracia hasta cubrirlo.
La maestra Gaby Estrada, por último, entra en escena rodeada de aplausos junto a todo el elenco y se cierra el telón.
La puesta en escena marcó un momento único en la historia de la danza. (Foto: Jesús Ballesteros/EXPRESO)