FAOT se vuelve herencia y memoria familiar; conoce la historia de María Caballero

María Caballero de Estrada acudió al festival después de 15 años sin asistir.

El FAOT se ha convertido en más que un evento cultural; es un punto de reunión para miles de familias que buscan vivir nuevas experiencias y adentrarse en la riqueza cultural de Sonora. Año con año, generaciones han visto su evolución, convirtiéndose en una tradición que se hereda de padres a hijos.

Para muchas personas, el festival no sólo es una oportunidad para disfrutar de la música y la gastronomía, sino también para reconectar con sus raíces y compartir momentos inolvidables con sus seres queridos.

“La primera vez que vinimos juntos fue hace tres años, pero antes cada quien venía por su cuenta. Ahora es una tradición”, comenta una de las asistentes, resaltando cómo el festival une a las familias en un ambiente lleno de historia y cultura.

Este año, una historia particularmente emotiva refleja el significado del FAOT para muchas familias. Josefa y Jesús Estrada Caballero decidieron traer a su madre, María Caballero de Estrada, de 94 años, al festival después de 15 años sin asistir. Para María, el evento cultural representa recuerdos entrañables, pues solía venir con frecuencia junto a sus hermanas a disfrutar de la ópera y las Noches de Gala. Sin embargo, con el paso del tiempo y la pérdida de sus hermanas, dejó de asistir.

“Antes, siempre veníamos juntas. Llegábamos temprano y no nos perdíamos ni una sola Noche de Gala”, recordó con nostalgia.

Este año, las hermanas tomaron la iniciativa de recuperar esa tradición familiar y acompañarla en un evento que fue significativo para ella. “Mientras Dios lo permita, seguiremos viniendo”, aseguran, con la esperanza de que esta nueva etapa en el festival se convierta en una costumbre para las próximas generaciones de su familia. María, conmovida por volver a pisar las calles de Álamos en el marco del FAOT, expresó su alegría al poder revivir aquellas noches en las que la música y la cultura la envolvían.

“Me encanta la ópera, me gusta el canto y ver los bailables. Disfruto cada momento”, dijo emocionada.

Evolución del festival

El crecimiento del FAOT es evidente en la mejora de los servicios y la oferta artística.

"Álamos ha avanzado mucho, antes no estaba tan preparado, pero ahora todo está más organizado", señaló una visitante que ha presenciado el desarrollo del festival a lo largo de 15 años.

Esta evolución ha permitido que más personas se sumen a la experiencia, atrayendo turistas de diferentes partes del país y beneficiando la economía local. El festival ha logrado posicionarse como un referente cultural no solo en Sonora, sino a nivel nacional, atrayendo cada vez a más artistas y visitantes.

Más allá de los espectáculos y la música, el FAOT representa una conexión emocional con el arte y la tradición.

“Me encantaría que mis hijos y mis nietos continúen esta costumbre de venir cada año”, menciona otra asistente.

Desde las Noches de Gala hasta los eventos para niños y adultos, el festival es un espacio donde las familias pueden compartir y crear recuerdos imborrables, como lo han hecho tantas generaciones a lo largo de los años.