¿Con qué bolígrafo firmará Trump sus primeras órdenes ejecutivas?

"¿Con qué bolígrafo firmará Trump sus primeras órdenes ejecutivas?", escribe Irene Selser en #Entrevías

Desde la primera orden ejecutiva firmada por Franklin D. Roosevelt el 8 de junio de 1789, los presidentes de Estados Unidos emiten este tipo de directivas al inicio de su mandato para fijar su agenda local e internacional pasando por alto al Congreso y haciendo honor a sus promesas de campaña. Roosevelt fue el presidente que más órdenes emitió a lo largo de su gestión (tres mil 700) y desde entonces se han firmado más de 13 mil 500.

A esta tradición se sumó otra en 1974, cuando Gerald Ford comenzó a usar los bolígrafos de borde dorado Century II, producidos por A.T. Cross Company, para realzar el protocolo. Creada en 1846 en Richmond, Rhode Island, la Cross se dedica al comercio minorista de artículos de lujo y joyería.

Se sabe que, para su firma inaugural, el 20 de enero de 2017, el republicano Donald Trump encargó a la Cross más de 150 bolígrafos enchapados en oro (otros hablan de 350), que obsequió como recuerdo a los congresistas que asistieron a la ceremonia tras su asunción presidencial. Antes que él, Bill Clinton, George W. Bush y Barack Obama se decantaron por el modelo Townsend, con enchapado de cromo. El ensamble de estos célebres bolígrafos se realiza en Richmond, pero el laqueado y grabado se manufactura en China, que fabrica 80% de los bolígrafos del mundo, unos 40 mil millones al año.

De pronto, en algún momento de 2018, Trump despreció a la Cross, dijo que su bolígrafo era “horrible y extremadamente caro” y optó por su marcador preferido Sharpie, fabricado por Newell Brand, en Atlanta. De hecho, en noviembre de ese año, en la foto tomada en Buenos Aires con motivo de la firma del T-MEC entre México, Estados Unidos y Canadá en el marco de la Cumbre de Líderes del G20, sobresale en el documento oficial la gruesa rúbrica de Trump con su plumón negro.

El reelecto presidente adelantó la semana pasada que el 20 de enero firmará más de 100 órdenes tras su regreso a la Casa Blanca. Se lo dijo a los senadores republicanos en una reunión en el Congreso. Temas prioritarios: seguridad fronteriza y migración –se habla de la expulsión de un millón de inmigrantes ilegales, entre criminales e indocumentados en una oleada inicial– y la conclusión del muro con México, pendiente desde su primera administración.

La clasificación de los cárteles mexicanos de la droga como organizaciones terroristas extranjeras es otra de las medidas previstas por Trump, que los acusa de ser los responsables de la pandemia de fentanilo que ha causado más de 300 mil muertos en su país desde 2000. La declaratoria le permitiría intervenir militarmente en México, según la Ley de Seguridad Nacional de Clinton, no necesariamente con tropas sino por ejemplo bombardeando laboratorios de droga en Sinaloa y otras partes. Según la televisora alemana Deutsche Welle (15-11-24), hay planes de Trump de crear una “operación especial de ataque” para exterminar a estos grupos criminales.

Se espera que Trump revierta a la vez muchas de las órdenes ejecutivas del saliente presidente Joe Biden, como hizo este cuando en 2021 sucedió a Trump, entre ellas la relativa al Acuerdo de París, el más importante pacto climático para revertir el recalentamiento del planeta.

Trump ha prometido también expandir la altamente contaminante fracturación hidráulica, incluso en áreas naturales protegidas de su país, así como la producción de petróleo crudo. Aquí se volvería clave un territorio como el de Groenlandia, que Trump quiere anexar, a sólo tres mil kilómetros al noreste de Estados Unidos. La isla autónoma perteneciente a Dinamarca, con dos millones de km2 y apenas 60 mil habitantes, es rica en hidrocarburos y tierras raras, cuyos 17 minerales son esenciales para la tecnología moderna. Entre ellos el itrio, usado en las baterías y espejos LED de los vehículos eléctricos que fabrica Elon Musk en Shanghái.

Coto de influencia geográfica natural de Rusia en el Ártico, es China sin embargo la que monopoliza desde 2008 en Groenlandia la extracción, el procesamiento y las cadenas de suministro de esos minerales. En noviembre pasado, en el Foro Económico Internacional de San Petersburgo, Vladimir Putin y Xi Jinping acordaron impulsar una nueva ruta marítima ártica para transportar hasta tres millones de toneladas anuales de mercancías, aprovechando el deshielo de los polos. 

Según el asesor de Trump, Stephen Miller, otra orden ejecutiva sería el indulto a cientos de personas condenadas por asaltar el Capitolio el 6 de enero de 2021, en un autogolpe de Estado de partidarios del magnate republicano para impedir la certificación de Biden. 

Miller no detalló si habrá un castigo arancelario de 10% a la importación de productos a Estados Unidos como amenazó su jefe, lo cual sería un golpe para sus principales socios comerciales, México, China y Canadá, así como otras directrices referidas a Irán, Ucrania, Israel, Cuba o Venezuela, donde Nicolás Maduro acaba de consolidar su dictadura siguiendo el molde de Daniel Ortega en Nicaragua. Ambos regímenes preparan sendas reformas constitucionales para profundizar el autoritarismo y lograr una concentración extrema del poder.

El viernes 10, mientras Maduro juramentaba su tercer mandato sexenal, Washington aumentó de 15 a 25 millones de dólares la recompensa por la entrega de información que lleve a su captura “por lo ilegítimo de su investidura” y reforzó las sanciones contra su círculo cercano. Pero el país tiene las mayores reservas probadas de crudo del mundo, 304 mil millones de barriles, 19 lugares por encima de México y 39 de Groenlandia y es el segundo proveedor de petróleo a Estados Unidos, por lo que pragmatismo y geopolítica irán de la mano, cuando además China ya desplazó a la Unión Americana como el principal socio comercial de Venezuela.