Los líos de MC
"Los líos de MC", escribe Carlos Puig en #ColaboraciónEspecial
Las decisiones de Dante Delgado respecto a la contienda presidencial del año próximo que anticipó con sus decisiones en Estado de México y Coahuila han llegado a tal grado que al mismo tiempo dice que quiere caras frescas, que eso es lo que necesita el país, nuevos ciudadanos participando en política, para terminar diciendo que en última instancia él sería candidato presidencial. Y, como el presidente López Obrador, hasta se queja de las críticas de los medios.
No es un buen momento para Dante y su partido, o tal vez sólo se había sobreestimado su presencia e importancia por dos eventos relevantes pero que tal vez poco tuvieron que ver con la marca.
La historia de MC y buena parte de la valoración de Dante tiene que ver, primero, con los triunfos de Enrique Alfaro, primero como alcalde de Guadalajara y después gobernador de Jalisco. Pero, como después sucedería en Nuevo León, esos estados tienen su muy particular historia política. En Jalisco no sería exagerado decir que fue Alfaro el que le prestó su nombre a un partido que en aquellos días tenía poco más que el logotipo, que fue el candidato, y no al revés, el que hizo crecer esas siglas. Es más, en la reciente discusión entre el Gobernador y el líder de MC el primero ha dejado claro, dice, que nunca ha militado en MC y que “detesta” los partidos políticos. “Movimiento Ciudadano fue la plataforma con la cual construimos nuestro proyecto en Jalisco”.
El caso de Nuevo León es diferente, porque el estado es diferente. Hace mucho que, hartos de PAN y PRI, han buscado por otros lados, recordemos que alguna vez votaron por el Bronco. Samuel García tenía más historia militando en MC que Alfaro cuando se hizo gobernador, pero parte de sus problemas es que su triunfo no fue tan holgado y el PRI y el PAN le están haciendo la vida más complicada. O sea, MC no tiene suficiente fuerza en NL.
Pero y qué más.
MC es el partido que pensó en proponernos -no se rían- a Roberto Palazuelos para gobernar Quintana Roo.
Y si más allá de esas dos gubernaturas uno atiende al número de legisladores federales y estatales y el número de alcaldías… Pues no andan muy, muy arriba de los muy pobres números del PRD. Y no, hace mucho que no consideramos a los Chuchos unos genios de la estrategia política.
Ahora, distanciado del grupo de Alfaro en Jalisco, las cosas se pueden poner mucho más complicadas. O no, a lo mejor el tamaño que hoy tienen es el que siempre quiso Dante.