El tercero en discordia
"El tercero en discordia", escribe Salvador García Soto en #SerpientesyEscaleras.
La disputa en Morena, que esta semana entra ya en su recta final con los cierres proselitistas que preparan las seis corcholatas presidenciables, dista mucho de tener ya un resultado claramente definido. Si bien las encuestas publicadas hasta ahora anticipan posibles resultados, a estas alturas todo puede pasar en el resultado de los sondeos que comenzará a levantar la dirigencia nacional de Morena y en los que difícilmente veremos un triunfo holgado de cualquiera de los aspirantes y más bien las diferencias tenderán a cerrarse entre los dos punteros, Claudia Sheinbaum y Marcelo Ebrard, con muchas posibilidades de que también se les acerque, en el resultado final, Adán Augusto López.
Encuestadores experimentados que han venido siguiendo desde hace meses la lucha sucesoria en el partido gobernante, alertan que si bien la mayoría de los sondeos conocidos y publicados mantienen la ventaja de Claudia Sheinbaum, esto se moverá en el resultado final en donde Ebrard podría acercarse mucho más a la exjefa de Gobierno, pero también alertan que el crecimiento de Adán Augusto podría sorprender a la hora de los resultados finales y convertir lo que hasta ahora muchos ven sólo como “una disputa de dos”, en una lucha entre tres en las que el exsecretario de Gobernación confirmaría su posición de un tercero en discordia con posibilidades serias de pelear al final la nominación morenista.
Y es que mientras Marcelo y Claudia se han dedicado a desgastarse mutuamente, lo mismo con campañas sucias y soterradas del lado de la exjefa de Gobierno, que con declaraciones y acusaciones de uso de recursos públicos, como lo hizo el excanciller, Adán Augusto ya le dio dos vueltas completas a la República y su campaña fue creciendo y mostrando músculo y estructura a nivel nacional, con eventos cada vez más numerosos en las principales capitales de la República. “La estrategia de Adán fue dejar que Sheinbaum y Ebrard se despedazaran mutuamente mientras él se dedicaba a recorrer el país, a reunirse no sólo con las bases morenistas sino también con empresarios y sectores estatales que se han ido sumando a su proyecto”, nos dijo un cercano colaborador del tabasqueño.
Para nadie ha sido secreto que Adán Augusto ha desplegado una campaña proselitista en la que se ven recursos financieros, pero también una estrategia clara de posicionarse como una “tercera vía” en el proceso interno; como la opción que, sin ser tan mediática y estridente como sus dos contrincantes punteros, ha sido mucho más una campaña de tierra y de crear y consolidar una estructura con presencia ya en los 32 estados del país. Incluso el extitular de Gobernación ha logrado penetrar en estados que se creían dominados por Claudia Sheinbaum a partir de que los gobernadores de Morena apoyaban a la exgobernante capitalina.
Una muestra de que su estrategia apuntó a romper la idea de una “cargada” partidista hacia Sheinbaum, es que Adán planea hacer su cierre de asambleas en la ciudad de Oaxaca, un estado cuyo gobernador, Salomón Jara, se declaró abiertamente claudista, y en donde el aspirante tabasqueño planea realizar una fuerte movilización para mostrar que él logró penetrar en estos 70 días del proceso interno, incluso en entidades que aparecían ya como definidas en favor de una de las aspirantes.
Pero lo que al final puede terminar favoreciendo al “hermano” tabasqueño, es que en un escenario en el que los resultados se cierren y las diferencias entre los tres primeros lugares no sean tan amplias, el voto final, y el que más cuenta en el proceso morenista, que es el de Palacio Nacional, se incline hacia la tercera opción que garantice mayor unidad y menos riesgo de rupturas en el movimiento lopezobradorista. Porque si Claudia y Marcelo difícilmente aceptarían reconocer un triunfo del otro, y eso ahondaría las tensiones y riesgos de fractura, sería mucho más fácil que cualquiera de ellos dos transitara con la candidatura de Adán Augusto.
Estamos a menos de dos semanas de ver cómo terminan las campañas internas de Morena y de conocer los resultados de la encuesta interna que levantara la dirigencia nacional de ese partido, con la observación y apoyo de las casas encuestadoras que propusieron cinco de la seis corcholatas, aunque al final el único que no propuso, Marcelo, se benefició del gesto que tuvo Ricardo Monreal de retirar su propuesta de casa encuestadora, para cederle ese espacio al equipo de Ebrard, lo que al final equilibró la participación de los aspirantes en la realización de la encuesta. Y muy pronto sabremos cómo termina no sólo el proceso sino la unidad de Morena y la definición de quién será su candidato o candidata. La duda que pronto se despejará es si esta fue siempre una contienda entre dos y terminará resolviéndose entre una u otro, o si aparece el tercero en discordia. Y ahí sí, como dice una frase popular: “La culpa no es del tercero, sino de quienes lo dejaron entrar”.