Que el Premio Nacional fuera para dos ex guerrilleros...
QUE el Premio Nacional fuera para dos ex guerrilleros que participaron en el inicio de la guerrilla mexicana asaltando un cuartel militar en 1965 llamó la atención.
PERO QUE la ceremonia fuera en Los Pinos, sí que dejó a muchos con el ojo cuadrado.
POR MÁS que el sitio ya no sea la residencia oficial del Presidente y que el gobierno federal decidiera que, en la 4T, lo mejor era convertirlo en centro cultural, el peso simbólico e histórico que tiene esa propiedad de la Nación resulta innegable.
DE AHÍ que hay quienes se preguntan cómo habrán recibido en el Ejército el hecho de que dos sobrevivientes guerrilleros del ataque en el que murieron seis soldados, recibieran trato de héroes y fueran galardonados en un sitio que durante décadas fue resguardado y mantenido precisamente por la institución que atacaron.
LA DUDA es si en la Secretaría de Cultura a cargo de Alejandra Frausto se les ocurrió tomar en cuenta la sensibilidad de los militares o de quienes piensan, invierten, o al menos recuerdan a qué nos ha llevado la violencia, antes de prestar el espacio para la realización de esa "ceremonia".
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MAL Y DE MALAS anda el líder del SME, Martín Esparza, después de que la disidencia de ese sindicato encabezada por Jorge Sánchez realizó una Asamblea General para destituirlo.
AHORA, los resolutivos de esa Asamblea deben ser revisados por la Secretaría del Trabajo que encabeza Luisa María Alcalde, y cuentan que Esparza lleva todas las de perder pues el propio Andrés Manuel López Obrador ya mandó el mensaje de que su gobierno reconocerá como dirigente a quien tenga el apoyo mayoritario sin mayores consideraciones.
Y EL ÚLTIMO clavo en el ataúd podría ser colocado esta semana pues el viernes habrá un mitin afuera de Palacio Nacional en el que Sánchez tiene previsto hacer público un listado de las propiedades del SME con las que Esparza ha lucrado durante años. El asunto pinta para ponerse electrizante.
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DICE Andrés Manuel López Obrador que las empresas farmacéuticas juegan a las vencidas con el gobierno en el tema de la compra de medicinas para los hospitales públicos. Y si alguien se pregunta quién va perdiendo en ese enfrentamiento, la respuesta es fácil: ¡los pacientes!
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LÁSTIMA que las producciones mexicanas no califican para los Emmy que premian lo mejor de la TV y que se entregaron ayer en Los Ángeles, pues "La Mañanera" bien hubiera podido competir. Eso sí, la duda hubiera sido si la inscribían en la categoría de drama, en comedia, en reality show... ¡o en stand up!
