Diócesis de Hermosillo explica la importancia del Miércoles de Ceniza
El vocero de la diócesis de Hermosillo, el sacerdote Joaquín Alberto Santillanes explicó la importancia del Miércoles de Ceniza para la grey católica.
Con la ceremonia de imposición de cenizas, este miércoles 22 de febrero inició la Cuaresma, considerado uno de los periodos más solemnes para la Iglesia Católica.
Desde temprana hora, los diferentes templos y capillas de la localidad, tales como Catedral Metropolitana o la Iglesia de Fátima, recibieron a los feligreses que acudieron a cumplir con el mandato de su fe.
El vocero de la diócesis de Hermosillo, el sacerdote Joaquín Alberto Santillanes explicó la importancia de esta conmemoración para la grey católica.
"El tiempo de la Cuaresma es un periodo, un tiempo de cuarenta días especialmente para encontrarnos con Dios, escuchar su palabra y la conversión", señaló Santillanes López.
De esta forma, preciso, los fieles católicos inician su preparación para celebrar la resurrección de Cristo.
"La ceniza inicia durante los primeros siglos del cristianismo primitivo, como un signo de que el penitente debería de manifestar su conversión, observando un tiempo prolongado de penitencia, después se fue transformando hasta llegar a los cuarenta días antes de la Pascua de resurrección y en medio de la asamblea que se reunía en nombre del señor se derramaba ceniza sobre la cabeza", explicó.
El cambio
Antiguamente, comentó el sacerdote, al final de la Cuaresma el pertinente era absuelto de sus pecados y era aceptado por la comunidad.
En la actualidad, refiere Santillanes López, la imposición de la ceniza sigue siendo un signo de penitencia a través del cual los hombres se reconocen como pecadores.
"Con la ceniza en nuestra cabeza y en nuestra frente, manifestamos nuestro arrepentimiento y nuestro deseo de conversión", abundó .
¿De dónde surge la ceniza?
Recordó que para la elaboración de la ceniza a aplicar se lleva a cabo la quema de las palmas benditas del Domingo de Ramos del año anterior, además de otros objetos litúrgicos como estampas o libros religiosos que no tiene uso, los cuales se queman en un anafre.
Antes de proceder con la imposición de las cenizas, los fieles católicos deben participar en un espacio de cerca de quince minutos donde se realiza la liturgia de la palabra.