Esta es la historia del Cerro de la Virgen de Hermosillo
Desde 1957, se encuentra establecida la pintura de la Virgen de Guadalupe en el Cerro de las Víboras, creación realizada por el norteamericano Guillermo Jordan Engberg.
Desde 1957 se encuentra establecida la pintura de la Virgen de Guadalupe en el cerro de las Víboras, creación realizada por el norteamericano Guillermo Jordan Engberg, en agradecimiento a la comunidad mexicana que los había tratado de la mejor manera durante su estancia en el país.
Ignacio Lagarda Lagarda, cronista de Hermosillo, mencionó que Guillermo arribó a tierras sonorenses en 1922, junto con sus hermanos y padres, una pareja de daneses -Harry William Jordan Petersen y Mary Petrea Engberg- que llegaron a vivir al municipio de Empalme, ya que Harry William había sido contratado como Jefe de Pintura por el Ferrocarril South Pacific.
Mientras su padre trabajaba, Guillermo aprendía de él el oficio de pintura, carpintería y electricidad. En el año de 1937, contrajo matrimonio con Rafaela Hernández Chávez, oriunda de Álamos.
En uno de sus viajes realizados -de Navojoa a Obregón-, visualizó la idea de pintar una virgen de Guadalupe en un cerro localizado en ese tramo pero el permiso fue negado por parte de las autoridades municipales.
“Guillermo quiso pintar a la Morenita como símbolo de agradecimiento a la comunidad mexicana que los había recibido y tratado de la mejor manera en su estancia en el país, nada mejor que pintando a la patrona del país a quien los mexicanos veneran tanto”, explicó.
Además, también fue una forma de agradecer a la Guadalupana por la persona exitosa en la que se había convertido al ser un gran contratista de pintura, pues tenía muchos contratos para pintar escuelas y edificios públicos, rotular los carros del gobierno, elaborar adornos navideños, así como el taller pintura que siempre significó su pasión.
En 1950, se trasladó a Hermosillo y ya establecido en la ciudad capital, viajando por carretera desde el puerto de Guaymas, vio en el Cerro de las Víboras -localizado a unos 15 kilómetros de la entrada a Hermosillo-, la posibilidad de pintar a la virgen que ya había visualizado en Navojoa.
Inmediatamente pidió permiso a las autoridades correspondientes y durante el mes de marzo de 1957, le otorgaron el permiso.
Así fue como, con ayuda de sus amigos Jesús “El Cheve” López, Jesús “Companichi” López y Manuel “El Chino” Aldecoa, trazó la imagen de la virgen.
La pintura mide 12 metros de altura y tres de ancho, trabajo que se realizó en un solo día, la cual fue pagada con sus propios recursos, pero con la satisfacción de cumplir su deseo en beneficio de la comunidad católica.
“Días después, un hermosillense que viajaba de Guaymas vio la imagen en el cerro y llegó a Hermosillo diciendo que se le había aparecido la virgen de Guadalupe en un cerro, fue cuando se hizo más popular la visita de las personas”, dijo.
En el año 1965 fue contratado como jefe del Área de Mantenimiento de Pintura por la Compañía Hughes Aircraft en Estados Unidos, pero cada mes de diciembre regresaba a México a repintar la imagen de la Virgen Morena, no permitiendo que fuera otra persona la que realizara la tarea, pues mientras él estuviera vivo sería una forma de pagar su mandas.
En 1984, enfermó de cáncer y falleció el 31 de Julio de 1999 a la edad de 83 años, su cuerpo fue cremado y sus cenizas depositadas en una roca debajo del altar de la Virgen.
“Cuando estaba hospitalizado le comunicó a uno de sus hijos que su última voluntad era que su cuerpo fuese cremado y sus cenizas depositadas en una formación natural de la roca a los pies del altar de la Virgen, deseos que fueron cumplidos a cabalidad por su esposa, hijos y nietos ese mismo año”, narró Lagarda Lagarda.
Este lugar ha sido visitado diariamente por miles de ciudadanos residentes, turistas nacionales y extranjeros, sobre todo, las primeras horas del día 12 de diciembre, fecha de su santoral.
Desde el 11 de diciembre, los creyentes inician peregrinaciones para pedir milagros o agradecer favores concedidos y en este recorrido algunos de los fieles acuden en caravanas vehiculares con arreglos religiosos, cabalgatas, otros de rodillas, mientras algunas personas optan por la caminata.