'Limpiavidrios' en Hermosillo; ¿qué los orilla a trabajar en la calle?
Jóvenes 'limpiavidrios' de diferentes cruces en la capital de Sonora contaron sus historias y motivos detrás de su trabajo en las calles.
En un estudio realizado por un grupo de especialistas de la Universidad de Sonora y DIF Hermosillo a finales de 2022 y principios de 2023, se detectaron alrededor de 50 jóvenes en Hermosillo en situación de calle. De la población detectada la gran mayoría presentó diversas problemáticas en el núcleo familiar que los empujaban a buscar sustento en la calle y no asistir a escuelas, ni gozar de los derechos propios de la niñez y la adolescencia.
Para tocar de cerca esta problemática social que vemos día a día en varios cruceros de la ciudad, a veces como clientes, otras veces como espectadores, se acudió a los cruceros de Luis Encinas y Yáñez, así como el de Abelardo Rodríguez y Luis Encinas para entrevistar a los adolescentes que limpian vidrios en estas vialidades.
David
Primero se encontró a David Garza Escalante de 15 años, quien vive con sus padres y abuelos en las inmediaciones del Cerro de la Campana, aunque nació en Guaymas. Cuando fue entrevistado llevaba apenas un mes limpiando vidrios en la calle.
El joven expone que fue el aburrimiento lo que lo llevó a la calle, “para no estar en la casa nada más”, añadió David un poco cabizbajo y con la voz gangosa. Le dedica a la calle 2 o 3 horas diarias, y puede sacar hasta unos 200 o 300 pesos en el rato que está en el crucero de Abelardo Rodríguez y Luis Encinas.
Comenta que está reuniendo un dinero mientras aparecen otras oportunidades. Su familia sabe que va por los cruceros limpiando vidrios, exponiéndose a varios peligros, el menor de ellos ser atropellado por un auto. “Mi familia me apoya”, comenta.
David no fuma ni toma, y el dinero que recauda es para ayudar a sus abuelitos. Es un adolescente que quiere salir adelante, por eso está buscando una escuela que le deje tiempo para trabajar, ya que la economía en casa está difícil.
Guadalupe
“No tenemos trabajo” dice por su parte Guadalupe Saavedra, joven de 22 años que vive en la colonia Palo Verde, quien relata su caso en voz baja, mientras cuenta las monedas que recogió de las limpias de vidrio que hizo antes de que cambiara de luz el semáforo.
“Estos es lo más fácil” dice, mientras se prepara para ir sobre la camada de autos que vienen llegando. El pomo con el jabón y el limpiavidrios los turna con un amigo que también ocupa el mismo crucero en la tarde noche.
A ratos Guadalupe se va del Luis Encinas y Yáñez hasta el bulevar Solidaridad, pero también se le puede ver en el crucero de Abelardo Rodríguez y Luis Encinas. El hecho es que todos los días se dedica a esto: limpiar vidrios.
Saca en total entre 400-500 pesos diarios dedicándole 3 horas aproximadamente al trabajo. Dice que ya ha dejado solicitud en otros trabajos, pero que ella, como la mayoría de los que limpian vidrios no quieren dejar eso.
Tiene una niña de 5 años que le cuidan sus padres y que casi no la ve, pero dice que ayuda en la casa con ese dinero. De pronto ponen la roja en el semáforo y Guadalupe se lanza de nuevo a la calle, tras varios segundos regresa con casi 20 pesos.
Cuando se guarda la 'feria' en el bolsillo agrega: “casi todos los que están aquí se drogan”, y al preguntarle si ella también lo hace se queda callada unos segundos, asiente con la cabeza y luego baja la mirada, después se gira y va a limpiar el vidrio de los autos.
Marcos
Marcos Antonio López Cerballo tiene 25 años y es de la colonia San Luis. De lunes a domingo se la pasa en el crucero de Abelardo Rodríguez y Luis Encinas, desde las 8:00 am hasta casi las 5:00 pm, y lleva haciendo esta 'chamba' desde los 17 años.
“Estaba trabajando primero, pero se me acabó el jale porque me corrieron, porque no les gustaba mi aspecto, como me visto, piensan que uno se va a robar algo, pero uno va a trabajar”.
Trabajaba para varias constructoras, pero tras largas y duras semanas de trabajo muchas veces no le pagaban, por lo que optó por salirse.
Él vive con su mamá y sus hermanos y comenta que es por eso mismo que todos los días sale a trabajar en la calle, "para traer el taco a la mesa".
“A veces hay y a veces no, somos 7 hermanos, y yo lo hago para ayudar a mi mamá, porque mi papá nunca le hizo el paro”, dijo.
Limpiando vidrios Marcos saca entre 500 a 700 pesos diarios. No pierde la esperanza de cambiar el rumbo de su vida al encontrar otro tipo de trabajo.