“Lo difícil no es vivir una discapacidad, lo difícil es cuando tienes una 'discapaciudad'”
Múltiples quejas por obstrucción de banquetas son las que se presentan a diario por transeúntes de la capital sonorense, motivo que los obliga a transitar por las calles y los expone al peligro vehicular.
HERMOSILLO, SON.- Múltiples quejas por obstrucción de banquetas son las que se presentan a diario por transeúntes de la capital sonorense, motivo que los obliga a transitar por las calles y los expone al peligro vehicular.
Desde cocheras que llegan hasta la vía pública, carros mal estacionas, postes de luz, negocios que se instalan sobre las banquetas, así como la inexistencia de las mismas son uno de los principales problemas.
Pero quienes más padecen esta situación son las personas con discapacidad, ya sea motriz o visual, y el obstruir las aceras les genera mayor inseguridad pues es más difícil para ellos poder evadir este tipo de obstáculo.
Jorge Güereca Mada, presidente de la fundación "Por un mejor andar", manifestó que solo Hermosillo es una ciudad hecha para automóviles y no para peatones, al asegurar que el 70 por ciento de sus aceras o banquetas en mal estado, o presentan algún tipo de deficiencia como escalonamientos o reducción de tamaño.
Mencionó que hace falta sensibilidad en la sociedad sobre este tema, pues son pocas las obras adecuadas y las que hay no son accesibles.
“Seguimos siendo una que cuenta con una nula adecuación de su infraestructura para personas con discapacidad, incluso hasta para un peatón normal, desgraciadamente el Gobierno le da prioridad a otros temas”, dijo.
El hecho de que una persona tenga que bajar de la banqueta es algo grave, pues el que ellos transiten por la calle puede llegar a causar un accidente y con la nueva Ley de Tránsito en Hermosillo, los responsables serían los peatones.
“La mayor parte del tiempo el peatón es culpabilizado, pues se considera que el peatón no debe cruzar por la calle, sino por la banqueta, pero al no tener un espacio adecuado nos obliga a ir por el pavimento”, indicó.
Detalló que no se debe seguir creciendo como ciudad con infraestructura desordenada, pues hay banquetas que tienen 60 centímetros de ancho, cuando la normatividad indica que debe tener un metro con 20 centímetros de ancho, así como la inclinación correcta para quienes usen silla de ruedas.
Además, las personas invidentes o con poca visualización necesitan aceras con guías podotáctiles y puedan guiarse con su bastón sobre una línea libre, la cual debe medir 30 centímetros de ancho, pero son pocos los lugares que cuentan con esa construcción.
“Lo difícil no es vivir una discapacidad, lo difícil es cuando tienes una discapaciudad”, concluyó.