Realizan jornadas académicas del Festival del Chef Sonora con universitarios
Cuatro chefs de renombre internacional se reunieron este miércoles en Hermosillo para compartir experiencias e inspirar a estudiantes de gastronomía de la localidad.
Dante Ferrero, Claudia Sandoval, Juantxo Sánchez y Janina Garay, cuatro chefs de renombre internacional se reunieron este miércoles en Hermosillo para compartir experiencias e inspirar a estudiantes de gastronomía de la localidad. Durante 2 horas compartieron desde anécdotas que narran el despertar de la pasión culinaria en cada caso, hasta consejos prácticos para fincar un camino hacia la cocina profesional.
La cita tuvo lugar a las 11 de la mañana en el Museo de Arte de Sonora ante un auditorio lleno de estudiantes y amantes de la cocina que atendieron la convocatoria del 10° Festival del Chef Sonora, cuyo concepto de este año se resume en la frase "a través del tiempo".
Un líder se hace
El primero en tomar el micrófono fue Dante Ferrero, embajador del festival y especialista en carne, brasas y parrillas. Encabezó una charla que más que abundar en las minuciosidades del arte culinario, puso de relieve el lado humano que lo envuelve: "nunca le cocinaría a mis clientes lo que no le cocinaría a mis hijos", dijo.
Al tratarse de cortes de res, el chef compartió que le "encanta preparar la vaca entera por lo que significa con la gente"; el ritual, dijo, por encima de todo: "la comunidad que se genera alrededor de eso, el despertar de la parte primitiva del ser humano".
El chef expuso, además, su postura sobre el liderazgo al interior de la cocina: que un líder se hace y no que nace como tal. Se trata de una conclusión, confesó, que surge del aprendizaje de un momento crucial de su formación: durante su infancia le expresó a su padre su intención de abrir un restaurante y, como respuesta, obtuvo la frase, emanada de la preocupación paternal: "ni se te ocurra, Dante, tú no tienes el carácter para tratar con la gente". El tiempo demostraría lo contrario.
La cocina es una expresión de amor
Claudia Sandoval, originaria de San Diego, ganadora de MasterChef y jueza de MasterChef Latino, viajó desde Tijuana y arribó a Hermosillo para contar cómo la cocina es una expresión de amor, una forma de contar historias y enaltecer, a la vez, la cultura mexicana.
"Yo soy una persona que nació en Estados Unidos, con raíces mexicanas, y creo que es fundamental compartir un poco de eso con las personas que están allá y no tienen el lujo de poder viajar a México, que tal vez no saben que los platillos y las recetas cambian con las diferentes regiones del país", dijo, y compartió que no se formó como chef de manera profesional, sino en el trabajo diario, con sus padres, su abuela y de los viajes.
La riqueza de las "jornadas académicas" del festival, se traducen en la distancia que existe entre la historia de desarrollo profesional de cada uno de los ponentes: en el caso de Claudia, por ejemplo, destaca que durante su época universitaria se decantó por estudios filosóficos.
El producto final
Juantxo Sánchez, orignario de Asturias, coincidió con Claudia en que no inició su trayecto de la mano de estudios gastronómicos: muy por el contrario, inició la vida profesional trabajando en una fábrica como químico en un proceso de control de calidad. Se trata de una experiencia que explica la máxima que honra cada día al interior de la cocina: "Nosotros tenemos la suerte de ver el producto final".
"Llegué a ser chef del presidente del gobierno vasco", confesó el artista, "y aguanté tres años porque a mí lo que me llamaba era la adrenalina, el estrés, conocer a mis comensales (y satisfacer su gusto). Mis grandes amigos los he hecho preguntando ¿qué te apetece comer hoy?", dijo.
Camino marcado por cultura del esfuerzo
Janina Garay fue la última en tomar la palabra. La oriunda de Tijuana destacó la necesidad de compartir su historia con los estudiantes presentes: "los quiero impulsar con mi historia, porque yo empecé como estudiante y a veces un poquito perdida, creo que mi historia continúa, pero en lo que les pueda inspirar como cocineros mexicanos", dijo.
Uno de los puntos claves de su romance con la cocina, dijo, es el pan dulce. "Ejercí pura repostería durante 15 años", recordó, en un camino marcado por una cultura del esfuerzo inculcada desde el hogar.
"Tengo la fortuna de tener padres americanos y mexicanos, lo que siempre me dio una oportunidad de ir un poco más allá y nunca detenerme por nada. Aprendí a tocar puertas y a siempre 'chambear'".