"Soy capaz": la lucha diaria de Alexandra, un ejemplo en la comunidad
La joven universitaria demuestra todos los días que es capaz de hacer absolutamente todo y que su discapacidad no la detiene.
Alexandra Iveth Antunez Fimbres es una joven hermosillense de 21 años que forma parte de la comunidad ciega y diariamente enfrenta retos con los que demuestra que es capaz de lograr sus propósitos.
Creció en las cabinas de radio, donde su padre es operador, y su gusto por las letras la llevó a estudiar una carrera universitaria en esa disciplina, para la que ha requerido el apoyo de las nuevas tecnologías.
"Estoy estudiando Literaturas Hispánicas, voy a la mitad de la carrera. Cuando le digo a la gente (me preguntan) '¿cómo se supone que lees o cómo haces los ensayos académicos?' Y pues existen lectores de pantalla: mi teléfono y mis aparatos electrónicos hablan, esa es la manera en la que yo leo y escribo", compartió en entrevista para la cápsula 'Actitud Inclusiva' con Gloria Pérez Cosío, en el noticiero 'Expreso 24/7' con Marcelo Beyliss.
Alexandra distingue un cambio generacional con las infancias ciegas de la actualidad, ya que a estas les han enseñado a tocar los rostros de las personas para descubrir cómo lucen y conocerlas.
"A nosotros se nos enseñó que no se debía tocar, siendo que las manos son nuestros ojos para ver el mundo", comparó. "Es como dibujarse un mapa en la cabeza de cómo es esta persona y cómo identificarla".
Esta prohibición le fue impuesta de pequeña y la llevó a que solo conozca a su mamá, su papá y su hermano por ser sus familiares más cercanos; sin embargo, desconoce la apariencia de sus amigas y demás allegados.
En relación con el transporte, explicó que familiares la llevan a la Universidad de Sonora, donde estudia, en automóvil, y deben dejarla en un lugar específico donde se ubica la guía podotáctil y el punto de inicio de la ruta que tienen memorizada. "Yo sé que a partir de ese lugar tengo que dar vuelta en tal parte y ya sé cómo llegar a la escuela, pero cada año cambiamos de salón y cada año es como los primeros días". De regreso a su casa, viaja en transporte público.
Empatía de sus compañeros
Alexandra reconoce una gran empatía de parte de sus compañeros y la disposición de ayudar, poniendo como ejemplo ocasiones en las que a través de medios como WhatsApp envían fotos de programas académicos que sus compañeros le describen textualmente al solicitarlo.
"Siempre hay alguien que dice 'espérame, ahí voy', y me los escriben. Son programas muy grandes y los escriben: hay empatía ahí", señaló.
A pesar de esto, no experimenta el mismo trato con todas las personas. Las estadísticas de violencia contra las mujeres con discapacidad son bastante altas a nivel internacional, y lamentablemente es una situación que Alexandra ha enfrentado.
"Ser mujer es difícil de por sí, aquí en México sobre todo, y pues ser mujer ciega también", enfatizó. "Hay más condescendencia, más dudas respecto a nuestra capacidad".
Capacitismo
La joven universitaria manifestó sentir una presión social, relacionada con el capacitismo, que la empuja a esforzarse más que todos.
"Mis ensayos, mis trabajos, mis cosas tienen que ser, si no las mejores, estar muy cerca de eso porque yo tengo que salir al campo laboral en dos años y mi historial académico tiene que reflejar que yo soy capaz, porque soy capaz", reconoció con orgullo.
En el contexto escolar, ha sido cuestionada sobre su capacidad para sobresalir, además de que le añaden el peso de sentir una deuda por las adecuaciones que hacen para ella.
“Hay una condescendencia de cómo vas a poder hacerlo y ahora que lo estás haciendo tienes que hacerlo mejor para demostrar que vales la pena, los recursos que se invirtieron en ti, lo que vamos a invertir en capacitar gente o en capacitarte un entorno adecuado de trabajo a ti, debe valer la pena", denunció.
Subraya, también, los recursos que ofrece la universidad para estudiantes con discapacidad, como el Centro de Acceso a la Información para personas con Discapacidad Visual (Caidiv), por ejemplo, donde imprimen sus exámenes o los cuentos que debe leer para las asignaturas.
Historias como las de Alexandra, explicó la activista Gloria Pérez, son testimonio de perseverancia, pero son también un llamado a eliminar el capacitismo para valorar que las personas con discapacidad pueden hacer absolutamente todo, como lo demuestra la joven, quien distingue un campo laboral en la necesidad de tutores ciegos para personas con discapacidad visual.
"En cuestión de entendimiento, de comprensión, aunque cada cabeza es un mundo, se entiende mejor un ciego con otro. ¿Quién va a entender mejor lo que necesitas que alguien que ya pasó por lo mismo?", considera Alexandra.