Cazador mata venado bura en La Paz, BCS, y lo multan con 100 mil pesos
CIUDAD DE MÉXICO.- Un cazador fue multado por más de 100 mil pesos por la posesiones ilegal de un venado bura en La Paz, Baja California Sur, también se le decomisaron los restos del ejemplar de vida silvestre, informó la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa).
Tras realizar un operativo con el apoyo de la Gendarmería Ambiental de la Policía Federal y la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (Conanp), en las inmediaciones del Rancho Los Cascabeles, región de San Antonio, se detuvo para revisión a un vehículo procedente de la zona serrana que se dirigía a la Carretera Transpeninsular.
Decomisan armas
Al revisar al automotor, inspectores de la Profepa encontraron el cuerpo de un ejemplar de vida silvestre, cinco armas largas para uso cinegético (de caza) abastecidas y diversos cartuchos útiles, con lo cual se presume se dio muerte al cérvido.
Se trata de un ejemplar macho, con cornamenta de dos puntas, de aproximadamente 48 kilogramos de peso, que por sus características fue cazado el mismo día de la inspección.
El cazador ilegal carecía de la documentación necesaria para acreditar su legal procedencia.
La multa ya fue pagada
La Profepa determinó que la persona responsable de caza furtiva, fuera registrada en el padrón de infractores en materia de vida silvestre, con fundamento en los artículos 104 de la Ley General de Vida Silvestre y 138 de su Reglamento.
Ante esta situación la Semarnat no otorgará autorizaciones en materia de vida silvestre a las personas inscritas en dicho padrón, ni autorizará la transmisión de derechos en los términos de la Ley y su Reglamento.
La Profepa detalló que la multa de 100 mil 795 pesos ya fue pagada por el cazador.
El Universal / RDlMB 11/07/17/DAW
Emergencia sanitaria nacional por la Diabetes Mellitus II
María del Carmen Castro Vásquez[1]
10 de julio de 2017
Nunca estará de más en insistir que la promoción de la salud, es un derecho, en tanto incluye prevención de enfermedades, acceso a una alimentación sana, en costo y en disponibilidad; el acceso oportuno a los servicios de salud, en contar con infraestructura urbana para promover el ejercicio, la seguridad pública para usarla, una mayor regulación en la venta de alimentos, en la publicidad de la misma, por mencionar solo algunas cosas que pretendo enlazar al tema de esta reflexión: el gobierno de México, a través de la Secretaría de Salud, declaró la emergencia sanitaria nacional por la gravedad que ha alcanzado la prevalencia de la Diabetes Mellitus II en la población. Como se publicitó en noviembre pasado, que en mi opinión no se mantuvo en los medios lo suficiente, los estragos que esta enfermedad crónica genera, afecta no sólo en lo individual, sino también al grupo familiar, en bienestar y en términos económicos; afecta al sistema de salud y a la economía nacional. Ante la declaratoria de emergencia esperábamos medidas de igual forma emergentes y urgentes, que por desgracias aún no se aprecian: el Subsecretario de Prevención y Promoción de la Salud en país, enfatizó que las acciones de la Estrategia Nacional para la Prevención y el Control del Sobrepeso, Obesidad y Diabetes, se fortalecerían, como el etiquetado en los productos que se modificaría para cumplir con las recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Uno de los mayores problemas con no cumplir con dicha disposición es que en México se sigue privilegiando el consumo de azúcar (recomendación para el consumo diario: 50 gramos y no 90 gramos como aún se señala en las etiquetas), que promueve el sobrepeso y la obesidad, así como la diabetes. Habría que preguntarse sobre el juego de intereses con la industria alimentaria que pone en entredicho la salud poblacional. La enfermedad en su inicio no presenta síntomas, por ello la detección oportuna se hace indispensable. Y así como se ha anunciado, afrontar dicha emergencia exige una necesaria intervención del Estado y la sociedad civil. Se informa, por ejemplo, que la mitad del presupuesto del IMSS se dirige a la atención de las enfermedades crónicas (además de la diabetes, el cáncer y las enfermedades cardiovasculares). El sistema de salud es complejo, de calidades diversas, y esto es un reto más para el combate de la diabetes (así como de otras muchas enfermedades); es un sistema fragmentado con una distribución desigual de recursos que no puede asegurar servicios de calidad igual para todos los derechohabientes. Otras dimensiones del problema que mantienen la gravedad de la diabetes es la falta de una promoción de la salud a través del fomento de hábitos saludables como el ejercicio físico, en todos los niveles socioeconómicos y edades, que debería ser prioridad nacional en esta emergencia y destinar recursos para crear espacios seguros. La regulación en la publicidad en los medios (especialmente la dirigida a los niños) y la información nutricional en el consumo, son otras dimensiones. Por ejemplo, el derecho a la información en salud a través del etiquetado de los productos, como dijimos, que no cumple lo recomendado por la OPS. La Asociación Civil El poder del consumidor (http://elpoderdelconsumidor.org/), ha señalado insistentemente sobre las debilidades y medidas urgentes para combatir la “epidemia” de la diabetes, como la necesidad de un estricto etiquetado de los productos alimenticios. Hay que insistir, el panorama es gris por la complejidad de los factores que intervienen en el control de esta “epidemia”, empecemos por medidas sencillas, pero constantes, más frutas y verduras en la alimentación y 20 minutos diarios de ejercicio moderado.
[1] Profesora-Investigadora del Centro de Estudios en Salud y Sociedad, El Colegio de Sonora (ccastro@colson.edu.mx)