Colapsan servicios funerarios en Acapulco tras paso de Otis
El proceso ha sido muy lento debido a la falta de comunicación y la alta demanda de familiares que buscan información sobre sus seres queridos. Un ejemplo de esto es el caso de Rolando Cruz Ramírez, quien perdió contacto la noche del martes cuando el huracán azotó el puerto.
Recorrer distancias de más de tres horas a pie para adquirir un féretro y un formol para preparar a sus fallecidos, es la realidad que viven los acapulqueños que perdieron a sus familiares por la fuerza de Otis.
Los deudos, con el dolor de perder a un miembro de su familia, además de la tristeza de no tener sus bienes materiales, emprenden una lucha contra el tiempo para dar cristiana sepultura a los cuerpos.
El desabasto de gasolina desde hace una semana ha hecho que muchos tengan que desplazarse a pie hasta una funeraria, sin embargo, hay quienes por la lejanía se encuentran con los cuerpos en sus domicilios.
En una entrevista realizada por EXPRESO a Eleazar Sandoval, dueño de la funeraria Juquila, se informó que los clientes deben alquilar los féretros y administrar los químicos como el formol por su cuenta. Esto se debe a que la mayoría de las funerarias no disponen de gasolina para los traslados.
"El cliente llega a mi negocio, le vendemos el cajón y luego le damos el formol en cinco inyecciones para conservar el cuerpo el tiempo necesario, ya que no podemos realizar traslados”, expresó Sandoval.
Esto a raíz de que el servicio de transporte de las funerarias, en mayoría de los establecimientos funerarios, sus carrozas no cuentan con gasolina.
El dueño de la funeraria mencionó que su negocio ha tenido un aumento significativo de clientes, lo que le ha limitado para ofrecer el servicio debido a la escasez de transporte. Destacó que atiende al menos a una persona fallecida por día tras el huracán.
El Servicio Médico Forense enfrenta una situación similar. Extraoficialmente se comentó que los usuarios deben llevar a sus fallecidos a las instalaciones, presuntamente debido a problemas de combustible, aunque las razones exactas no han sido confirmadas.
Familiares desaparecidos
A una semana de la tragedia provocada por el huracán Otis en el Puerto de Acapulco, la incertidumbre de los ciudadanos por conocer el paradero de sus familiares desaparecidos sigue latente.
El proceso ha sido muy lento debido a la falta de comunicación y la alta demanda de familiares que buscan información sobre sus seres queridos. Un ejemplo de esto es el caso de Rolando Cruz Ramírez, quien perdió contacto la noche del martes cuando el huracán azotó el puerto.
Su hijo, de nombre Joel Cruz Ramírez, de 32 años, trabajaba en el equipo del embarque Acarey, en la zona de yates frente al zócalo de Acapulco, la cual resultó afectada por el huracán.
El señor Ramírez sospecha que su hijo pudo haber buscado refugio en el área del motor de la gran embarcación ante el impacto del huracán.
"Es muy desesperante venir todos los días a buscar información sobre nuestro hijo y encontrarnos con que aún no hay noticias sobre su paradero o que no ha sido localizado”, mencionó Rolando Cruz con notable preocupación.