Estudio revela similitudes cerebrales entre humanos y periquitos del amor

Un estudio del New York University Langone Medical Center revela que los periquitos australianos y los humanos comparten mecanismos cerebrales vinculados al lenguaje, lo que podría abrir nuevas puertas en la investigación de los trastornos de la comunicación.

Un equipo de investigadores del New York University Langone Medical Center ha identificado similitudes sin precedentes entre las estructuras cerebrales de los humanos y los periquitos australianos (Melopsittacus undulatus) en cuanto a la producción vocal.

El estudio, publicado en la revista Nature, sugiere que estos pequeños loros, conocidos por su capacidad de imitar la voz humana, podrían convertirse en un modelo clave para investigar los mecanismos motores del lenguaje y desarrollar nuevas terapias para trastornos de comunicación.

El cerebro de los periquitos y el lenguaje humano

Para analizar estas similitudes, los científicos, dirigidos por Michael Long, examinaron la actividad neuronal en el núcleo central del arcopallium anterior de los periquitos australianos. Esta estructura resultó estar directamente relacionada con su habilidad para imitar sonidos y vocalizar de manera compleja.

Sin embargo, al estudiar a otra especie de ave, el diamante cebra (Taeniopygia guttata), que también incorpora sonidos de su entorno en su canto, descubrieron que este circuito neuronal no estaba presente, lo que sugiere que la capacidad de imitación vocal avanzada no es universal en todas las aves.

Conexión con el lenguaje humano

Los investigadores encontraron que la estructura cerebral de los periquitos comparte características con las áreas motoras del lenguaje en la corteza cerebral humana. Esto significa que las aves y los humanos podrían tener un mecanismo neuronal común que permite la producción de sonidos complejos.

"Hemos descubierto una representación funcional en un animal vertebrado que exhibe similitudes sin precedentes con las áreas cerebrales relacionadas con el lenguaje en humanos", señala el estudio.

Este hallazgo refuerza la hipótesis de que las bases biológicas del lenguaje podrían tener raíces evolutivas compartidas con ciertas especies de aves, lo que abre nuevas posibilidades para estudiar el lenguaje en modelos animales.

Aplicaciones futuras en la ciencia y la salud

Los expertos creen que este descubrimiento puede contribuir al desarrollo de tratamientos para trastornos del habla y la comunicación. Además, plantea interrogantes sobre si estas redes neuronales podrían manipularse genéticamente o si existen estructuras similares en otras especies.

"Las sofisticadas estrategias neurales de los periquitos podrían proporcionar un marco para estudiar cómo el lenguaje se produce y controla en los humanos", comenta Joshua Neunuebel, de la Universidad de Delaware.

Con este avance, los científicos podrían explorar nuevas estrategias terapéuticas para trastornos de la comunicación y mejorar la comprensión sobre cómo el cerebro humano desarrolla y regula el lenguaje.