Los estragos que los terremotos de 1985 y 2017 han dejado en los mexicanos
Han pasado cinco años desde el último terremoto que sacudió catastróficamente a México y esta es la realidad que muchos viven a consecuencia de ello.
Un día como hoy en el 2017, la alerta sísmica sonó en todos los altavoces de la metrópoli mexicana dejando perplejos a los ciudadanos que no entendían de qué se trataba. Lo que en un inicio parecía ser un simulacro en conmemoración a las víctimas de 1985 se convirtió siendo una ola de caos ocasionada por un fuerte movimiento telúrico que sacudió a la ciudad entera.
Edificios cayendo al piso, el caos presente a plena luz del día, mexicanos y mexicanas que perdieron a sus seres queridos entre los escombros así como sus viviendas y bienes materiales.
Tras cinco y treinta y siete años del suceso, los estragos de estos incidentes han permanecido hasta la actualidad aunque no solamente en relación con bienes materiales, sino a nivel psicológico. El miedo y la ansiedad que ambos sucesos provocaron en el colectivo mexicano ha tenido graves repercusiones en la vida de muchos que principalmente en el mes de septiembre experimentan diversos sentimientos junto a la incertidumbre de que en cualquier momento pueda volver a temblar.
Según la psicóloga Nallely Ruiz esto es un "Estímulo respuesta", pues es completamente normal que tras ser testigos de dos catastróficos sucesos, existan sentimientos de angustia y desesperanza del inevitable regreso de un terremoto.
La psicóloga hizo énfasis en que toda aquella persona que padezca afectaciones en consecuencia a los terremotos ocurridos en el país deben necesariamente recibir atención especializada, pues cada individuo puede manifestar traumas de diferente manera pudiendo ir de una crisis nerviosa a un trastorno de pánico difícil de tratar.
De esta manera la especialista hizo un llamado a atender los estragos que los terremotos puedan tener en la salud mental, resaltando la importancia de instituciones como protección civil que cuentan con herramientas necesarias para mantener a las personas físicamente a salvo.