Precio histórico de la uva amenaza tradición de Año Nuevo

Entre 150 y 180 pesos mexicanos se comercializa el kilo de uva, en sus diferentes tipos, este fin de año, lo que ha provocado que en los hogares se prescinda de este tradicional fruto para la nochevieja.

A tan solo días de despedir el 2024, los mexicanos enfrentan un desafío para mantener viva la tradición de consumir uvas durante las 12 campanadas de Nochevieja. Este simbólico ritual de propósitos está en riesgo debido al alto costo de este fruto, cuyo precio alcanza entre 150 y 180 pesos por kilo en mercados y tianguis de la Ciudad de México.

Comerciantes han optado incluso por no ofrecer el producto ante la falta de demanda.

"No la trajimos, está muy cara, la gente no la está pagando", comentó un vendedor de frutas en la Alcaldía Iztapalapa.

Según datos históricos del Sistema Nacional de Información e Integración de Mercados, el precio de la uva Thomson —variedad preferida por su calidad, color y ausencia de semilla— ha alcanzado niveles históricos. Este tipo de uva, que costaba 64.83 pesos por kilo en 2015, cerró el 2024 con un precio mayorista de 129.69 pesos por kilo, al que se suma el margen de comercialización.

En la Central de Abastos de Iztapalapa, el kilo de uva para reventa al menudeo costaba cerca de 61 pesos en enero de este año, pero actualmente su precio se ha duplicado. Además, la uva globo, una opción más económica, registró un aumento del 40 por ciento en su costo anual, impulsado por la alta demanda de fin de año y una menor disponibilidad en el mercado.

El Grupo Consultor de Mercados Agrícolas (GCMA) atribuye el incremento de precios a la dependencia de la importación, lo que eleva los costos logísticos.

"La oferta actual no es muy amplia, y el alza se debe al aumento en su consumo y al costo de importación", explicó el GCMA en un análisis reciente.

En contraste, la producción nacional de uva alcanzó 385 mil toneladas el año pasado, mientras que el consumo anual per cápita fue de 2.1 kilos, según el Servicio Nacional de Información Agroalimentaria y Pesquera (SIAP). Aunque esta fruta es un producto nacional importante, su consumo de fin de año está dominado por las importaciones.

La tradición de comer uvas al despedir el año tiene sus raíces en España, donde los productores buscaban aprovechar cosechas abundantes. Hoy, el simbolismo de los 12 deseos por cada campanada podría necesitar una reinterpretación ante los retos económicos.

CON INFORMACIÓN DE AGENCIA REFORMA