Acusa México a EU de afectar a sus propios maiceros
Víctor Suárez, subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Sader, enfatizó incluso a la fecha, sin aplicar aún restricciones, los granjeros en Estados Unidos ya padecen afectaciones.
Las restricción a la importación de maíz transgénico impulsada por México no es la principal razón de afectación a los productores estadounidenses, sino que son las propias políticas de Estados Unidos las que favorecen a grandes jugadores y a empresas de semillas modificadas y causan estragos entre los más pequeños, de acuerdo con la Secretaría de Agricultura (Sader).
En conferencia de prensa, Víctor Suárez, subsecretario de Autosuficiencia Alimentaria de la Sader, enfatizó incluso a la fecha, sin aplicar aún restricciones, los granjeros en Estados Unidos ya padecen afectaciones que no son causadas por las políticas agroalimentarias mexicanas.
"La política de autosuficiencia y el decreto presidencial no afectan de ninguna manera a los productores de maíz de Estados Unidos.
"El deterioro económico que sufren los productores de maíz de Estados Unidos deriva de las propias políticas agrícolas y comerciales de este país y del modelo de desarrollo agroalimentario que distorsiona precios y genera brechas entre los productores familiares", enfatizó Suárez Carrera.
El funcionario acusó que la oposición a los decretos mexicanos anunciados desde 2020 de no usar glifosato y restringir las semillas transgénicas no son en defensa de los granjeros estadounidenses, sino de grupos empresariales que dominan el mercado.
Emplazamiento responde a intereses oligoplios y agroquímicos
"El emplazamiento de Estados Unidos a México responde a los intereses de los oligopolios de semillas, agroquímicos y otros insumos de procesadores y comercializadores", dijo.
Acotó que pese a que en Estados Unidos el mayor número de granjas de siembra de maíz corresponde a pequeños propietarios, que en conjunto suman una participación de 89 por ciento, por valor de producción son los grupos industrializados los que concentran el comercio.
"Prácticamente el 89 por ciento de las granjas están quebradas respecto a sus propios ingresos de la agricultura, y esto no es una responsabilidad de la política agroalimentaria mexicana, del decreto.
"Las granjas más grandes, catalogadas como aquellas que tienen ventas de 5 millones de dólares o más al año cada una, representan menos del uno por ciento del total de granjas, pero concentran el 35 por ciento del valor de las ventas", denunció el funcionario, citando información del Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA).
Según la Sader, los productores estadounidenses con ventas de hasta 50 mil dólares anuales representan el 76 por ciento del total de granjas de ese país, pero sólo el 3 por ciento de las ventas.
"Esto no se debe a la política agrícola de México ni a la política mexicana de defensa de los maíces nativos y de defensa a los derechos a la salud y medio ambiente; es un resultado intrínseco y estructural de un modelo agrícola industrial de Estados Unidos", señaló el funcionario de la Sader.
De acuerdo con la información presentada, en 2021, el agricultor medio de Estados Unidos recibió sólo 14.5 por ciento de cada dólar gastado en alimentos en ese país, una reducción frente al más de 17 por ciento que recibían en 1993, previo al Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
Por ello, Víctor Suárez denunció que ante las pérdidas reportadas por los productores, pese a una mayor producción de cultivos, es un grupo de empresas las que está ganando por los diferentes acuerdos comerciales.
"El Gobierno de Estados Unidos vemos que no está representado a los productores de maíz, porque son los que están perdiendo por sus propias políticas internas.
"Cuatro firmas, Syngenta, Bayer, BASF y Corteva controlan la mitad de las semillas del mundo y 62 por ciento de los plaguicidas" acusó el subsecretario.
Según la información expuesta, hace 25 años, 10 grupos empresariales controlaban el 40 por ciento de las semillas comerciales en el mercado global, pero actualmente sólo dos firmas, Bayer y Syngenta, dominan esa proporción del mercado.
"Las seis empresas semilleras más grandes controlan el 58 por ciento y tan sólo una de ellas, Bayer, controla el 23 por ciento", acotó el funcionario.