Armenia y Natalia: ejemplo de amor de madre e hija más allá de la sangre
Tras un largo proceso de adopción, Armenia Troncoso Almada logró hacer de Natalia su hija, una conexión que sintieron desde el momento en que se conocieron.
La historia de Armenia Troncoso Almada es un claro ejemplo de que el amor de una madre no nace desde el vientre, sino desde el corazón, ya que la vida se encargó de unirla con su hija Natalia, a quien adoptó hace años y ambas se dieron cuenta que eran una para la otra.
La cajemense de 47 años de edad tuvo a su hijo Guevara en su juventud, con quien siempre trabajó para darle una buena educación en la niñez y adolescencia, sin embargo, en su interior sabía que su amor todavía alcanzaba para otro pequeño ser.
Conforme más pasaban los años, las ganas de ser mamá se iban incrementando, fue así como decidió iniciar, junto a su esposo, el largo proceso de adopción con el riesgo de crearse la ilusión y que finalmente algún problema burocrático no se lo permitiera.
“En el momento que vi crecer a mi hijo biológico, entendí que el amor de madre va mucho más allá de la sangre. El proceso fue muy lento, muchos requisitos, muchos intentos, mucho tiempo de espera, el de nosotros en especial tardó aproximadamente dos años y medio, pero al final lo entiendo porque tienen que ser cuidadosos para elegirles una familia”, expresó.
Burocracia que causa angustia
Fueron meses de preocupación y de miedo porque el proceso podía separarla de aquella niña que ya amaba y la sentía como su hija, pero finalmente todo valió la pena cuando recibió la noticia de que legalmente ya llevaría los apellidos de sus padres adoptivos.
“Definitivamente Natalia nació de mi corazón y ella lo sabe, desde que empezamos el proceso aún sin saber quién era ella yo ya la amaba, cuando recibimos su acta de nacimiento con nuestros apellidos fue uno de los momentos más felices de mi vida, a pesar de que ella estuvo en mi corazón desde mucho tiempo antes”, señaló.
De esta manera Armenia se dio cuenta que en un inicio su intención fue rescatar a una niña de un albergue para darle una vida digna, pero el destino la sorprendió cuando se dio cuenta que su ahora hija salvó a aquella mujer que tenía un deseo desesperado de ser madre por segunda ocasión.
Una niña feliz
Natalia, a sus casi cuatro años de edad, demuestra gran felicidad en su mirada, en las expresiones y comportamientos que tiene gracias al amor que le ha brindado su mamá.
“Nosotras tenemos una conexión padrísima, ella imita mucho a su mamá y tiene muchos rasgos de carácter como el mío, porque desde muy pequeña ella ha estado muy pegada a mí, inclusive antes de entrar a la escuelita ella me acompañaba a mi trabajo todos los días, Natalia es mi compañera, mi cómplice, mi aprendiz”, precisó.
La madre de familia considera que existe un antes y un después tras la adopción de Natalia, pues ahora se describe como una mejor mamá y una mejor persona que ha aprendido que el verdadero valor de la vida está en casa.
“Es increíble porque ahora puedo comparar la niñez que tuvo mi hijo biológico que ahora tiene 23 años, donde yo sólo me dediqué a trabajar para sacarlo adelante, pero siento que descuidé muchas etapas de su vida, ahora con Natalia es distinto, no quiero perderme ni un instante de su niñez, quiero vivir cada etapa de su vida y estar presente en cada momento”, comentó.
Exhorta a expresar amor
En el caso de todas las mujeres que deseen ser madres y por alguna situación no pueden, las invitó a que se animen a llevar a cabo el proceso de adopción porque seguramente, desde algún albergue de su ciudad, existe un niño o adolescente que los espera con los brazos abiertos.
“Yo invito a todas las mujeres que nacieron para ser madres que ese amor que tienen guardado en su interior lo expresen aceptando a alguien que no lleva tu sangre, pero que puedes amar como si de verdad se hubiera formado dentro de ti. Hay muchos niños que necesitan una madre que los ame y los acepte tal y como son, que necesitan una madre que los forme para un futuro brillante”, explicó.
Aunque comúnmente un caso de adopción suele ser ocultado por las familias sonorenses, Armenia busca romper con los tabús que se han creado en la sociedad, donde estos temas se puedan normalizar para que más mujeres se animen a encontrar el amor de madre desde el corazón.