Dirigencia de Rogelio Díaz Brown: 'Una debacle anunciada'

Su paso por el PRI Sonora es de un partido ausente, sin rumbo, dirección ni estrategia.

Con una carrera política colmada de señalamientos de opacidad e irregularidades en su paso como legislador y funcionario estatal, Rogelio Díaz Brown tomó las riendas del PRI Sonora con la tarea de sacarlo de la crisis y recobrar la confianza tanto de su militancia como del electorado, sin embargo, a casi dos años en su función los resultados son otros y lo han posicionado como el dirigente con los más bajos resultados obtenidos en una elección.

En el 2022 tomó al Partido Revolucionario Institucional con fuertes cuestionamientos desde el interior por los procesos de renovación en la dirigencia, tanto a nivel nacional como en el estado de Sonora, que concluyó con la salida de liderazgos priistas hacia otros partidos, fuertes conflictos al interior y por primera vez en su historia, el PRI se quedó sin representación legislativa en el Congreso Local una vez que los cuatro diputados decidieron salir de sus filas para incorporarse tanto a Morena como a Movimiento Ciudadano

Un reto no asumido

En este contexto, la militancia era consciente de la encomienda que representaba el liderazgo del partido. Necesitaba una dirección certera que tendiera puentes con las bases y con actores del sector social, una que, además, hiciera los preparativos para la justa electoral de 2024.

Como si se tratara de una debacle anunciada, Rogelio Díaz Brown, no sólo no contempló a las bases, sino que se hizo evidente su falta de estrategia.

“Él sabía a lo que iba, no era una sorpresa para nadie de los que anduvimos buscando la presidencia, pero creo que le hizo falta acercamiento con las bases del partido… Yo no creo que tenga ni rumbo, ni dirección ni estrategia, creo que definitivamente no hubo trabajo previo ni en preparación de comités y candidatos”, dijo para e Media Zayra Fernández Morales, una de las militantes que en su momento levantó la mano para llevar las riendas del partido

Agregó que el resultado fue de un partido ausente que reflejó el carácter de Rogelio Díaz Brown: “Fue un presidente en ausencia, presente en algunos temas, pero ausencia ante las bases. La gente del partido ha querido ser tomada en cuenta (…) Lo que se debe hacer está en la justicia, en la base social, acercarse a los ciudadanos, y eso yo no lo vi”, dijo la militante.

Numeralia de la derrota

La derrota del PRI con el liderazgo de Díaz Brown resulta innegable ya que en la elección de hace poco más de dos meses el tricolor sólo logró 3 alcaldías como partido, 2 diputaciones locales plurinominales y 1 senaduría por mayoría proporcional.

En contraste, en el proceso electoral de 2018, la elección presidencial anterior, terminó con una cosecha de 33 alcaldías para el PRI y 5 diputaciones plurinominales. Los datos arrojados por el Instituto Estatal Electoral de Sonora, además, muestran que el electorado optó por anular su voto antes que otorgarlo al PRI como opción en solitario.

En total, fueron emitidos 1 millón 4 mil 48 votos para la elección de alcaldías en Sonora: el PRI, en solitario, captó únicamente 22 mil 137, lo que representa el 2.22% del total. Los votos nulos, representaron la opinión de 31 mil 218 electores, el 3.13%.

Falta de operatividad

Esta ausencia también se verificó durante la jornada electoral del pasado 2 de julio. De acuerdo con Faustino Félix Chávez, militante, exalcalde de Cajeme y exdiputado, tanto local como federal, se hizo patente la falta de arropo a las candidaturas del PRI. Aún cuando la debacle del partido responde a un desgaste que abarca más de una dirigencia, este factor fue preponderante para el resultado de este año.

“No se prepararon para la envestida que se hizo en todo el país, pero sobre todo en Sonora, de un aparato de estado que entró con todo para quedarse con la mayoría de las posiciones que estaban en juego en este proceso electoral”, afirmó el político y detalló, en lo particular, la falta de coordinación para actuar en el momento adecuado.

“Una de las partes más importantes que se debieron haber cuidado es la defensa del voto: en algunos casos no se veía que estuvieran preparados para registrar todas las incidencias que se estaban presentando durante el proceso y eso dejó descobijados a los candidatos que estaban compitiendo”, agregó.

La deficiencia en la defensa del voto se hizo patente cuando Díaz Brown emitió un mensaje poco antes de las 18:00 del 2 de junio para denunciar la supuesta actuación de la Guardia Nacional como brazo operador del partido Morena: una hora y media más tarde, la Mesa Estatal de Seguridad del Estado de Sonora informó que los señalamientos del dirigente priista faltaban a la verdad.

Renovación necesaria

Desde su experiencia, Zayra Fernández Morales comentó que el panorama exige una renovación al interior del partido: “debe haber relevo en todos los niveles, una alternancia dentro del PRI” que impulse la democratización y reconecte con las bases.

Por su parte, Faustino Félix Chávez comparte el sentir que se propaga al interior del partido a pesar de que el foco actualmente se halla en el proceso de renovación a nivel nacional.

“Todos (los priistas) estamos enfocados en la renovación nacional, pero la estatal vendrá sola, sin duda alguna, en su momento”.