Gerardo mantiene la energía y sale a vender gelatinas a sus 79 años
A pesar de su edad, el señor camina y hasta corre para ofrecerle los postres de sabores a los conductores.
Con una actitud positiva, cada mañana el señor Gerardo Monrroy Altamirano, de 79 años de edad, sale de su hogar para ganarse el pan de cada día vendiendo gelatinas en un crucero concurrido de Ciudad Obregón.
El adulto mayor vive en la colonia Cortinas, y desde un día antes inicia con la preparación de las gelatinas, pero siempre debe madrugar para colocarla en los vasos y posteriormente subirla a su hielera para ponerlas a la venta.
Don Gerardo moviliza sus productos con una motocicleta que adaptó con una estructura para poder acomodar su hielera, recipientes, artículos personales y agua para mantenerse bien hidratado por las altas temperaturas que se registran en la ciudad.
Desde las 7 de la mañana se estaciona en el crucero de la calle Tabasco y 6 de abril, donde el semáforo de ese lugar se convierte en su mejor aliado, ya que de él depende el tiempo que tiene para ofrecerle sus gelatinas a los conductores.
Mantiene buena energía
Y es que a pesar de su edad, el señor camina y hasta corre para ofrecerle los postres de sabores a los conductores que están circulando de norte a sur, lo que en ocasiones se pone en riesgo al estar en una avenida altamente transitada.
“Yo gracias a Dios me muevo bien, corro, la gente me dice que no corra trabajando, pero como yo estoy en el semáforo el tiempo cuenta, el tiempo aquí está medido, hay que estar activo y afortunadamente lo puedo hacer bien”, expresó.
El abuelito trabaja hasta las 11 de la mañana en este punto, después se va a su casa a descansar y regresa a las 4 de la tarde hasta que se mete el sol, en este horario logra vender hasta más de 20 gelatinas por día.
“Cuando menos saco para comer que es lo primordial, mi hija me ayuda a hacer las gelatinas, tenemos de piña, fresa, limón y uva, yo las doy en 25 pesos, pero a veces la gente me da mas dinero por ellas para ayudarme”, destacó.
La pandemia lo dejó sin trabajo
El negocio de las gelatinas surgió a raíz de la pandemia cuando se quedó sin trabajo porque hicieron recorte de personal, es por ello que buscó la manera de emprender, además de que también recibe el apoyo bimestral que le da el Gobierno Federal.
“Yo aquí estoy acostumbrado al calor porque trabajé más de 40 años como panadero y pues ahí me hice al calor, lo único que hago es tomar mucha agua para no enfermarme”, preciso.
El comerciante ya es conocido por las personas que habitan en este punto, además de los conductores que constantemente transitan por el crucero, quienes al pasar lo saludan y le compran alguna gelatina.