El publicista de hoy
El autor es Publicitario miembro de ASPAC
El desarrollo de la sociedad va marcando la evolución de sus protagonistas. Conforme se avanza y progresa, el servicio que brindan los diferentes profesionistas va cambiando, exigido por la cambiante situación.
En verdad ese cambio es constante, sólo que a veces nuestros humanos ojos no lo perciben en su brevedad y llegamos a creer que la situación es “estable” y sin mutaciones. Pero la vida es nueva cada día, y esto aplica a todos los ámbitos de la actividad humana.
Ante las exigencias de hoy, según la sociedad en que se desarrolle, el papel del profesional de la publicidad, del hombre de marketing, del comunicador publicitario, del creativo estratégico (denominaciones que definen un único perfil profesional), también experimenta cambios.
Apoyémonos en las reflexiones del gran publicitario americano Albert Lasker para puntualizar este nuevo rol de este profesional de la comunicación comercial de hoy. En la actualidad, el profesional de la publicidad experto, sea online u offline, sabe que la publicidad por su misma naturaleza es el milagro, no su ropaje. Él conoce el enorme poder de la comunicación publicitaria y lo usa de modo correcto.
Conoce sus limitaciones y ya no afirma que sirve para todo. Hoy los principales consultores de publicidad y marketing, en esta aldea global a la que pertenecemos, son tan inteligentes como los de toda época y toda latitud. Con su experiencia han aprendido que los resultados realmente extraordinarios se verifican en la caja registradora del negocio.
En los primeros años de la publicidad, las prácticas eran primitivas. Quizás aún lo es en algunos lugares de nuestro país, con personajes que con aspavientos y retórica confunden a los legos y se llevan el gato al agua, sin brindar ningún resultado en correspondencia.
En la actualidad, el publicista experto, el marketero experimentado, el estratega sabio, como capitán de un gran barco, permanece en el puente de mando y en silencio dirige varias fuerzas de venta, seguro del poder de la comunicación.
El frenesí de otras épocas -radicadas en el desconocimiento de los factores del éxito en la motivación de la conducta- ha sido reemplazado por una actitud que consiste en analizar los hechos, los datos, pues, con frialdad y con espíritu crítico. Los hombres que han aprendido a lo largo de su experiencia no se dejan llevar por suposiciones teóricas, y mucho menos por arrebatos creativos.
El verdadero publicista, el comunicador esencial, el estratega visionario, provisto de rica experiencia sabe cómo ahorrar tiempo y dinero. Los más sensatos son los menos ruidosos. Saben prescindir de los movimientos superfluos, como sugeriría el Tao.
El empresario inteligente ya no quiere simplemente un dinamismo incontrolado y un excesivo fervor. Como afirma Albert Lasker, “el milagro de la publicidad es que, cuando se aplica basándose en el sentido común, produce resultados mágicos”.
El autor es Publicitario miembro de ASPAC.
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