Las inquietudes del porvenir. Escuchando al Papa
"Las inquietudes del porvenir. Escuchando al Papa", escribe Elio Masferrer Kan en #ColaboraciónEspecial
El papa Francisco tiene un diagnóstico de la realidad que nos problematiza la llegada del nuevo año. A fines de 2021, todos teníamos un discreto optimismo, las vacunas contra el Covid nos permitían vislumbrar la “boca del túnel” de la pandemia, el desafío era construir un mundo después de la crisis sanitaria.
Cuando parecía que las cuestiones se iban acomodando y los problemas disminuían, empezó la guerra en Ucrania, se iniciaron las sanciones económicas y una brutal disputa por los mercados, el incremento del precio de los energéticos y un proceso inflacionario que se presenta como imparable. Con ello aumentó el hambre en los países pobres y los movimientos sociales y huelgas en los países ricos.
En América Latina se incrementaron los problemas y también existen los aportes locales al caos generalizado. Lo más complejo de nuestra región es la crisis de los sistemas políticos definidos en la segunda mitad del siglo XX y la búsqueda e imposición de nuevas formas de resolver los procesos políticos, ante el evidente agotamiento de los anteriores.
En esta perspectiva, el mensaje del papa Francisco en la noche de Navidad no deja de ser un aporte importante que debe movernos a la reflexión, al margen de nuestras creencias religiosas o que no las tengamos: Ese niño que nace en un lugar inhóspito como es un pesebre nos coloca frente a tres cosas: “la cercanía, la pobreza y lo concreto”.
La cercanía, según Francisco nos diferencia de los animales que comen lo necesario, pero los humanos “hambrientos de poder y dinero, devoran de igual modo a sus vecinos, a sus hermanos. ¡Cuántas guerras! Y las principales víctimas de la voracidad humana siempre son los frágiles, los débiles”.
El pesebre nos remite a la pobreza, ese espacio humilde donde están “las verdaderas riquezas de la vida: no el dinero y el poder, sino las relaciones y las personas”.
Finaliza Francisco hablando de lo concreto: “Él, que se pone al desnudo en el pesebre y se pondrá al desnudo en la cruz, nos pide que vayamos a la verdad desnuda de las cosas, que depositemos a los pies del pesebre las excusas, las justificaciones y las hipocresías”.
En definitiva, estamos en una situación muy delicada donde los políticos tocan cada vez con más fuerza los tambores de la guerra, donde se gastan miles de millones en armas e instrumentos de destrucción masiva y donde, cada vez con más intensidad, los políticos a escala mundial se muestran los dientes atómicos y dicen con toda crudeza que están dispuestos a iniciar una guerra con armas de destrucción masiva.
¿Qué podemos hacer los ciudadanos del mundo? ¿Cómo hacer que los todopoderosos nos escuchen y asuman los límites de sus acciones? ¿Quiénes son los responsables de estas tragedias? Todos los conocemos, aunque lo delicado de la situación puede que nos lleve simplemente a que consigamos que se restablezcan las formas de convivencia civilizada, sin que ninguno de los actores, piensen en su soberbia, que fueron los derrotados. Los humanos debemos establecer formas de convivencia que reconozcan y asuman las diversidades, diferencias e incongruencias de los sistemas políticos y las humanidades y mundos diferentes que compartimos.
ELIO MASFERRER KAN
Doctor en antropología, profesor investigador emérito ENAH-INAH