¿Cuánto vale la estatuilla dorada de los Oscar?

La popular estatuilla ha sufrido diversas modificaciones desde que fue diseñada hace 95 años, su creador Cedric Gibbons.

Si hay un reconocimiento que es muy codiciado y que el recibirlo aumenta el prestigio de cualquier artista, ese es sin duda el Premio Oscar, que desde 1929 otorga la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas (Ampas por sus siglas en inglés), pero ¿tiene un valor más allá de lo simbólico?

La popular estatuilla ha sufrido diversas modificaciones desde que fue diseñada hace 95 años, su creador Cedric Gibbons, quien en ese entonces era director de arte en jefe de Metro Goldwyn Mayer (MGM), ideó la figura de un hombre desnudo (que durante décadas se ha dicho que Emilio 'El Indio' Fernández fue el modelo); que empuña una espada y está parado sobre un rollo de película, simbolizando todas las áreas que componen la industria, fue elaborada en un principio en bronce sólido y con un chapado en oro de 24 quilates.

Pero fue a partir de 2016 que la fabricación de estos premios fueron encargada a la empresa Epner Technology, que trabaja también con la NASA; la cual decidió que el mejor material para hacerlos era una aleación de Britannium (92 por ciento estaño, 6 por ciento antimonio, 2 por ciento cobre), a la cual se le da un bañado al final de oro de 24 kilates.

El precio de la estatuilla del Oscar

Esto podría darle un buen valor a cada estatuilla, pero como en las primeras dos décadas de estos premios era común que los ganadores las vendieran, la Academia decidió incluir una regla que protegiera la propiedad intelectual y la marca de estos premios.

En su sección Derechos de Autor y Marcas se establece que el premio no puede venderse por ley, sin ofrecerlo primero a la Academia en la módica cantidad de un dólar, aunque el valor real de esta escultura oscila entre los 400 y 650 dólares (de 6 mil 719 a 10 mil 919 pesos aproximadamente), es decir, si los herederos de algún premiado quieren obtener algo con este premio, no lograrán más allá de 1 dólar, a pesar del valor histórico y sentimental que pueda tener la estatuilla.